"La difusión escénica de la música mexicana del siglo XIX es casi nula", afirma el investigador y músico Jorge Martín Valencia, director artístico de la primera edición de Recuerdos en las sombras de otros tiempos. Festival de Música Mexicana del XIX del Espacio Cultural San Lázaro, que se lleva a cabo del 15 al 17 de agosto en el Museo Legislativo.
En los espacios escénicos, explica Valencia, la música del XIX no es una invitada habitual de las carteleras. "En ciertas programaciones, sobre todo las de la segunda mitad del año, se ve algún concierto de música mexicana donde se tocan, de pasada, piezas decimonónicas". Hay instituciones de talla nacional, continúa el investigador, que han hecho estudios sobre dicho periodo, centrados en el gremio académico y la investigación musicológica. Pero la exposición ha quedado sobre figuras capitales, enlistadas en desorden, como Morales, Castro, Rosas y Villanueva, mientras que un compendio de obras de indudable valor, musical e histórico, ha permanecido en la sombra.
Aunque "se han formado programas absolutos", existe una laguna en la interpretación del abanico musical del siglo XIX. Uno de los elementos que más valor le dan al festival es que algunas piezas anónimas que datan de los años de la Independencia, las partituras escritas por músicos que formaron parte de la vida cultural de la época o la obra de uno de los jurados del concurso del Himno Nacional serán desempolvadas para interpretarse por primera vez en público luego de muchas décadas. Este material es difundido hoy gracias a la labor de recuperación a la que desde hace tiempo se dedican tanto Valencia como varios invitados al festival.
"Cuando se quiere comprender la música mexicana del XIX es común creer que el piano es el rey de las sonoridades. Hubo muchos instrumentos de valor en el panorama de esa época, uno de ellos es la guitarra séptima mexicana, que fue famosa en su tiempo y actualmente cayó en desuso", abunda el director artístico, ejecutante de dicho instrumento y poseedor de una colección del mismo que, en las presentaciones pertinentes, será utilizado; también se podrán escuchar antiguas mandolinas.
Otro instrumento poco considerado, a la hora de pensar en el siglo XIX, es el violín: "Hemos encontrado música para violín solo o para violín y otros instrumentos, que da cuenta de las sonoridades de instrumentos más pequeños en circunstancias caseras o de tertulias, prácticas lúdicas de aquel México".
Valencia cuenta que, en estos años de investigación, se le ha revelado que el foco es puesto generalmente en las obras impresas, por lo que se siente afortunado de encontrar manuscritos de gente que, quizá no aparece en los libros de Historia, pero legó colecciones de piezas que integran un repertorio personal para guitarra o piano, dedicadas a amigos, novias o políticos de la época.
"A veces, los artistas hacían sus propias partituras sin un contrato de imprenta; las escribían para el deleite de la gente cercana y dejaban copias que fueron pasando de mano en mano, de voz en voz, a lo largo del tiempo", abunda.
Además de los conciertos, habrá charlas impartidas por especialistas y una exposición de instrumentos. El festival se hizo con el apoyo del Espacio Cultural, que coordina Ismael Carvallo. La transmisión en vivo será en el Facebook de la Cámara de Diputados y en el del Espacio Cultural San Lázaro.