CIUDAD DE MÉXICO.- La calabacita, también llamada calabacín o zucchini, es un fruto de la planta Cucurbita pepo, la cual pertenece a la familia de las cucurbitáceas. Esta subespecie incluye la mayor parte de la variación de calabazas cultivadas como frutos comestibles en climas templados.
Su forma puede variar, aunque su característica más común es el fruto alargado u ovalado, con cáscara suave y con tonalidades verdosas, pero también hay redondas.
Las calabacitas se utilizan principalmente como alimento, para lo cual se aprovechan no solo el fruto y sus semillas sino también la flor, la cual es común encontrarla en la gastronomía mexicana, dentro de antojitos típicos como las quesadillas de flor de calabaza.
En la medicina tradicional es muy común utilizar la semilla y el fruto para curar enfermedades de la piel y estimular el apetito.
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) las calabacitas contienen dos antioxidantes llamados luteína y zeaxantina, los cuales ayudan a prevenir las cataratas, además de que se cree que incluso pueden retardar el desarrollo de la degeneración macular.
El también llamado calabacín es un alimento rico en vitaminas B6, B1, B2 y B3, las cuales intervienen en múltiples funciones del organismo como formar glóbulos rojos, convertir los alimentos en energía, a regular la función de algunas enzimas y a fortalecer el sistema inmune.
Comer calabacitas aporta minerales como hierro, manganeso y fósforo al cuerpo, encargados de proteger las células, producir hemoglobina y generar energía.
Es un alimento recomendado para aquellas personas que busquen perder peso o reducir su ingesta calórica, ya que alrededor del 90% de la composición de la calabaza es agua, por lo que aporta pocas calorías.
La pulpa de la calabaza contiene mucílagos, los cuales tienen la capacidad de proteger a la mucosa del estómago. Eso le aporta un efecto laxante, además de reducir las molestias de padecimientos digestivos como la gastritis, la mala digestión y el estreñimiento.
Se trata de un alimento rico en vitaminas C y A, que funcionan como antioxidantes para el organismo, fortaleciendo el sistema inmune, protegiendo al cuerpo de infecciones y reduciendo el efecto de los radicales libres.
Recuerda que lo más recomendable es comerla con cáscara, ya que los antioxidantes y fibra se encuentran concentrados en esa parte. Agrégala a tu dieta y llena tu cuerpo de sus beneficios.