Con motivo de la visita del escritor J.M. Coetzee (1949), Premio Nobel de Literatura (2003) a la Universidad Nacional Autónoma de México, escritores mexicanos disertaron hoy sobre la obra del narrador sudafricano.
Durante el "Coloquio Leer a J.M. Coetzee" que se realizó en el Auditorio del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, Rosa Beltrán, escritora y directora de Literatura UNAM, comentó que Coetzee, nacido en Ciudad del Cabo, parece haberse adelantado a la época.
“Nos toca no solamente por la excelencia de su pluma, por la manera en que nos identificamos rápidamente con los personajes como con Elizabeth Costello (2003), parece haberse adelantado a nuestra época, desgraciadamente en una época tan violenta como ésta”, comentó.
La escritora Anamari Gomís, autora de Los demonios de la depresión y La vida por un imperio, expresó que es una maravilla hablar de Coetzee, porque su obra es realmente como el cosmos.
“Ha publicado muchísimo y escribe extraordinariamente; persigue la naturaleza humana y la expone de la manera más mortal”, apuntó la narradora Gomís.
Martha Lamas, antropóloga y catedrática, recordó que el papel de la maestra Raquel Serur —que en 2003 habló con su director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM presagiando lo que iba a pasar ese año— “le dijo al director: hay que traer a este hombre, porque además le van a dar el Premio Nobel este año; ella lo intuyó y 16 años después se consiguió”.
El ejercicio de reescritura
En la segunda mesa de trabajo del Coloquio, la cual se tituló “La escritura de Coetzee”, participaron los escritores Aurora Piñeiro y Antonio Saborit.
La narradora leyó un texto en el que destacó la siguiente idea: una buena parte del corpus novelístico sudafricano está caracterizado por ser ejercicio de reescritura entendida como un acto de relectura y asalto a la tradición.
“Eso nos permite vincular su narrativa con la estética posmoderna a sabiendas que cualquier categoría propuesta está destinada a ser provisional, ya que así lo exige esa estética en particular, además la obra de Coetzee donde siempre hay un título —o lo habrá— que pruebe lo contrario”, expresó la maestra Piñeiro.
Describió que la obra Elizabeth Costello es una novela que se adscribe a lo expresado y fue publicada en 2003, mismo año en que el autor recibió el Premio Nobel de Literatura.
“La obra transgrede las convenciones de lo que asociamos a la escritura tradicional de novelas, al crear una figura autoral femenina y está constituida por ocho capítulos o lecciones dictadas por la supuesta autora, textos que coinciden en su mayoría con conferencias y obras publicadas por el propio Coetzee”, afirmó.
El historiador Antonio Saborit abordó el tema de la censura. Durante su participación refirió que en ese tema hay dos partes, pero muy rara vez se repara en más de una de ellas. En un libro publicado a mediados de los años 90, Coetzee integró un conjunto de dos ensayos en torno a la censura, a sabiendas que la verdad y la mentira no sólo comparten rostros, sino que suelen gastar porte, gustos y andares iguales.