Para Igor Lozada, Secretario de Vinculación y Difusión Cultural de la Universidad de Guadalajara, a la pasión con que se realizan los proyectos culturales, hay que agregarle el conocimiento de los públicos para lograr el éxito económico.
Dicho punto de vista fue manifestado durante su conferencia denominada "La pasión a los negocios con enfoque en usuarios y consumidores"
El funcionario cultural ofreció esta charla dentro del Diplomado en Administración Económica para las Artes y la Creatividad, transmitido a los participantes a través de la plataforma Teams.
“Necesitamos el estudio de los públicos, conocerlos profundamente. Saber quiénes son los que están viniendo, qué les gusta, qué compran, qué tipo de vida lleva, qué aspiran tener y cómo le gusta relacionarse. Con esta información sabremos cómo llegar a ellos y atraerlos a nuestros eventos culturales", mencionó Lozada.
“Es importante hacer mediciones precisas para que todos nuestros públicos empiecen a tener identidad. Si nosotros no le brindamos identidad a ese público vamos a seguir haciendo disparos al aire”, añadió.
El Diplomado en Administración Económica para las Artes y la Creatividad es organizado por Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León a través de la Escuela Adolfo Prieto y en colaboración con la Secretaría de Economía y Trabajo de Nuevo León, la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Fundación Universitaria María Cano y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá de Medellín Colombia.
“Es necesario hacer una amplia reflexión de porqué necesitamos entender el contexto en que nos estamos moviendo para poder entender a los usuarios como un ente que interactúa de manera dinámica con nuestro quehacer”, comentó.
“De pronto, al público lo tenemos como una masa amorfa que no tiene rostro y en ese contexto hacemos todo para que en el escenario suceda el hecho escénico o en la galería o la actividad artística en que este enfocado el proyecto y siempre estamos a expensas de que el público asista o no”, indicó.
Entonces, agregó, se requiere desarrollar comunidad, no solo artística, sino la que vive alrededor y a la gente que le debería llegar cierto tipo de contenidos.
En las artes, mencionó, “hacemos de la pasión un oficio y del oficio un servicio o producto al que le adjudicamos un valor. Sin embargo, puede haber grandes brechas entre el valor que le adjudicamos socialmente a determinado producto o servicio artístico y lo que el mercado define.
“Para convertir nuestras pasiones en actividades económicamente viables, tenemos que identificar el tipo de valor que producen y ligarlas a necesidades humanas fundamentales, como la necesidad de adquirir, la necesidad de conectarnos con otros, la necesidad de aprender, la necesidad de defender, y la necesidad de sentir”, explicó.
En las artes, advirtió, identificar a los públicos ayuda a determinar qué tipo de producto ofrecer y cómo ofrecerlo, así como identificar las “responsabilidades” que se le da a cada usuario para mantener el bote a flote.
“A cambio de esta sensación de pertenencia a una comunidad, el usuario responde con lealtad al producto. ¿Cómo se agradece esa lealtad? Con beneficios o recompensas”, concluyó.