CIUDAD DE MÉXICO, octubre 17 (EL UNIVERSAL).- Enrique Krauze ingresó como académico honorario a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España (RACCMYP), por "su defensa a la democracia y valores liberales, así como su denuncia del populismo y autoritarismo", informó la Academia en un boletín informativo.
Al acto asistieron Andrés Allamand, secretario general Iberoamericano, además de autoridades académicas, como Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española y académico de la RACCMYP; Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia; y una amplia representación de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, entre ellos los expresidentes Miguel Herrero de Miñón y Marcelino Oreja.
El presidente actual de la RACMYP, Benigno Pendás, señaló que Enrique Krauze es un intelectual de "primer rango internacional" y un defensor de la democracia constitucional y de la libertad política, "de ahí su nombramiento por unanimidad como académico de honor, máximo reconocimiento de nuestra corporación", dijo en la ceremonia de ingresó, la cual se transmitió por las redes sociales de la institución.
También señaló que Krauze mantiene una posición notable sobre las relaciones entre México y España, y tiene una importante presencia en el ámbito cultural de nuestro país a través de la revista Letras Libres.
"En estos tiempos convulsos de polarización y populismo, es importante escuchar la voz de personajes como Krauze, que se distingue por su rigor y moderación", indicó al respecto.
En la ceremonia de ingresó, Enrique Krauze leyó en voz alta el discurso de autoría "El realismo trágico de Max Weber", en donde recrea las circunstancias históricas y biográficas de la célebre conferencia "La política como vocación", que impartió Weber en enero de 1919 en Múnich.
Con notable emoción en la ceremonia, Krauze transmitió la importancia permanente de que en la política prive el sentido de responsabilidad sobre los arrebatos de la convicción y la embriaguez del poder.
"Quienes se dejan llevar por la ética de la convicción, enamorados de la belleza moral de sus principios, a menudo sólo se preocupan por actuar con fidelidad a sus principios abstractos independientemente de las consecuencias concretas de la aplicación de los mismos". Weber, en cambio, sostenía que la vocación política debe normarse por el sentido de la responsabilidad y ser cuidadosa de las consecuencias de cada acto. No hay duda de que el buen político debe sentir pasión, "pero una pasión –decía Weber- atemperada por la prudencia, la mesura, una pasión que se cuide de no incurrir en la vanidad", dictó el historiador en la ceremonia.
Krauze sostuvo que la vanidad continúa siendo hoy día uno de los "pecados capitales" de los políticos, aunque no el peor de ellos: "la soberbia, el narcisismo, la megalomanía, la paranoia, la embriaguez del poder que sólo se ve a sí mismo, son defectos aún mayores. En muchos políticos "de convicción", enamorados de la belleza moral de sus principios, hay un peligroso desdén por la realidad. El resultado suele ser no solamente desastroso sino muchas veces contrario a los principios que sustentan esas convicciones", dijo.
De España
Enrique Krauze ingresa a Real Academia de Ciencias Morales
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