CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 12 (EL UNIVERSAL).- El ajo, reconocido desde hace siglos por sus propiedades curativas y su uso en la medicina natural, se ha ganado un lugar destacado en la prevención de diversas enfermedades. Si bien es conocido por fortalecer el sistema inmunológico y proteger el corazón, investigaciones recientes han puesto de manifiesto su potencial para ayudar a prevenir el cáncer de colon. Este beneficio se atribuye principalmente a los compuestos sulfurados, entre ellos la alicina y los alil-sulfidos, presentes en este bulbo.
El origen del uso medicinal del ajo se remonta a Asia Central, extendiéndose rápidamente a civilizaciones como la egipcia, donde se utilizaba como energizante. Los obreros de las pirámides lo consumían para mantenerse fuertes y saludables; de hecho, su falta llegó a causar huelgas documentadas. Asimismo, los griegos y romanos valoraban sus propiedades: los atletas griegos lo usaban para ganar energía antes de las competiciones y para recuperarse después, mientras que los romanos lo recomendaban por sus efectos antiparasitarios.
Estudios modernos han comenzado a explorar de manera más detallada los beneficios del ajo en la prevención del cáncer de colon. El Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR) señala que los compuestos del ajo pueden jugar un papel relevante en la inhibición del desarrollo de células cancerígenas. Estos compuestos parecen bloquear la formación y activación de sustancias que inducen el cáncer, como las nitrosaminas. Sin embargo, la evidencia en estudios humanos aún es limitada, lo que resalta la necesidad de investigaciones adicionales para comprender mejor su efecto en la reducción del riesgo de cáncer.
El ajo es un alimento nutritivo, rico en minerales como yodo, fósforo y potasio, y vitaminas como la tiamina, la vitamina B6 y la vitamina C. Sus propiedades más destacadas incluyen efectos antisépticos, antiinflamatorios, bactericidas y antivirales. La alicina, uno de sus compuestos más activos, es conocida por su capacidad para combatir infecciones y actuar como un antioxidante que protege las células del daño.
La alicina y otros compuestos sulfurados son los responsables de las propiedades medicinales del ajo. Cuando se tritura o corta el ajo, la alicina se libera y comienza a actuar. Estos compuestos tienen la capacidad de reforzar el sistema inmunológico y, según algunos estudios, podrían reducir la proliferación de células malignas en el colon al interferir en los procesos de formación de células cancerígenas.
Incluir ajo en la dieta diaria es una forma sencilla y natural de aprovechar sus beneficios. Aunque su potencial preventivo frente al cáncer aún necesita más estudios en humanos, sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias contribuyen a mantener un organismo sano. No obstante, es importante consumirlo con moderación y consultar con un especialista en caso de estar tomando medicamentos que puedan interactuar con sus componentes.
Incluir ajo en la dieta diaria es una forma sencilla y natural de aprovechar sus beneficios.
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Incluir ajo en la dieta diaria es una forma sencilla y natural de aprovechar sus beneficios.