CIUDAD DE MÉXICO.-La manipulación es una táctica sutil pero poderosa utilizada por ciertas personas para influir en el comportamiento, pensamientos y emociones de los demás. Los manipuladores son expertos en persuadir y controlar a otros en beneficio propio, a menudo sin que la víctima se dé cuenta de lo que está ocurriendo. Este fenómeno psicológico puede tener graves consecuencias en las relaciones personales y profesionales, así como en la salud mental de quienes lo padecen.
Características de un manipulador
Los manipuladores pueden ser difíciles de identificar porque son hábiles en ocultar sus verdaderas intenciones. Sin embargo, según Marta Rodríguez Martínez, Licenciada en Psicología y colegiada N° CM-01224. Máster en Psicoterapia, existen ciertas características comunes que pueden ayudar a reconocerlos:
Los castigadores:
Esta forma de manipulación es la más evidente y directa. Los castigadores utilizan amenazas para imponer su voluntad. Es el clásico "O haces esto, o...". Sus tácticas incluyen amenazas directas como: "Si hablas de esto, te acordarás de mí..." Son fáciles de detectar porque juegan abiertamente con el miedo de sus víctimas. Sin embargo, muchos manipuladores saben que amenazar abiertamente es socialmente inaceptable, por lo que recurren a amenazas indirectas.
Los que se autocastigan:
Los manipuladores utilizan la culpa y la vergüenza para controlar y dominar a sus víctimas, haciéndolas sentir responsables de sus propios sentimientos y acciones. Algunos ejemplos incluyen: "Si no me compras el móvil, ya no sé si podré estudiar", "Si me dejas, estoy seguro/a que volveré a caer en la depresión..."
Los que sufren:
A menudo se presentan como víctimas para evocar simpatía y compasión, desviando así la atención de su comportamiento manipulador. Sufren ostensiblemente si no se cumplen sus deseos y aunque no digan explícitamente "es por tu culpa", lo dejan implícito. Estos manipuladores pueden pasar horas o días sin decir una palabra, sufriendo en silencio y esperan que adivinemos qué les pasa. Así, aumentan nuestra ansiedad y nos aseguran caer en su trampa de manipulación.
Los que prometen y atormentan:
Este tipo de manipuladores son de los más sutiles. Parecen ofrecer apoyo, dinero, un ascenso, amistad o afecto, pero solo si nos comportamos como ellos desean. No dan nada sin esperar algo a cambio, aunque lo hacen parecer desinteresado. Pueden ser directos: "Si me apoyas frente al jefe, te podría recomendar para el ascenso."
Ser víctima de manipulación puede tener serias repercusiones emocionales y psicológicas. Las víctimas pueden experimentar ansiedad, depresión, baja autoestima y una sensación de desorientación. La manipulación puede dañar la confianza en uno mismo y en los demás, dificultando las relaciones saludables y el bienestar personal.
Identificar estos patrones de manipulación en las personas que nos rodean es crucial para evitar caer en sus redes y al reconocer estos comportamientos y entender sus tácticas, podemos desarrollar estrategias para protegernos y mantener nuestra integridad.