Hoy, la comunidad católica celebra el Miércoles de Ceniza, con el cual da inicio la Cuaresma, el tiempo más solemne del año litúrgico.
De acuerdo con diferentes sitios católicos, el Miércoles de Ceniza es una fiesta de arrepentimiento, de penitencia y conversión.
Son cuarenta días, sin contar los domingos, que comienza con el Miércoles de Ceniza y termina el Sábado Santo.
Recibir las cenizas tiene como objetivo recordarnos nuestro origen, "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás". Con un sentido simbólico de muerte, caducidad, humildad y penitencia, las cenizas nos ayudan a mirar en nuestro interior.
Son momentos para reflexionar sobre nuestra vida, y buscar convertirla en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y acercándonos en esta Cuaresma al Sacramento de la Reconciliación, es decir, la confesión.
En la Iglesia esta tradición perdura desde el siglo IX y existe para recordarnos que, al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por los demás hombres. El Miércoles de Ceniza, el sacerdote traza la señal de la cruz con cenizas en nuestra frente para simbolizar penitencia y arrepentimiento, mientras repite las palabras de imposición de las cenizas que se inspiran en las Sagradas Escrituras: "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás".
Las cenizas son los restos de lo que se ha consumido, de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior. Un signo que recuerda nuestra cercanía al pecado.
El Miércoles de Ceniza, como cada viernes de la Cuaresma debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia.
DÍA DE SAN VALENTÍN
Este año, la celebración católica coincide con el Día de San Valentín.
Muchos católicos se preguntan si acaso ¿es obligatorio ayunar y abstenerse de comer carne ese día?
Como respuesta, la Arquidiócesis de Chicago en Estados Unidos emitió un comunicado en el que afirma que "la obligación de ayunar y la abstinencia deben ser naturalmente la prioridad de la comunidad católica" debido a que el Miércoles de Ceniza marca el comienzo de la Cuaresma.
Luego, se sugirió que los católicos que desean celebrar el día de San Valentín podrían hacerlo el día anterior, el martes 13 de febrero.
QUIÉN FUE SAN VALENTÍN
Valentín Fue un sacerdote que vivió unos 200 años después de Cristo, en el Imperio Romano. En aquella época, el emperador Claudio prohibió que las parejas se casaran ante un sacerdote católico. Intentaba destruir las bases del matrimonio cristiano con la esperanza de que la gente abandonara la fe y volviera a los cultos paganos romanos. Valentín ignoró discretamente al emperador y siguió ayudando a las parejas a casarse. Así es como, en primer lugar, se le asoció con el amor romántico.
Finalmente, fue capturado y arrestado por el delito de presenciar matrimonios. Valentín fue encarcelado y condenado a muerte. Allí se enteró de que su carcelero tenía una hija ciega. La noche antes de morir, le escribió una nota en la que le decía cuánto la amaba Dios. ¿Pero cómo podía ella leer la nota? Era ciega.
Al día siguiente, cuando san Valentín fue martirizado (de ahí que el color rojo se asocie a su fiesta), la hija del carcelero se curó y pudo ver. Leyó la nota de amor, que estaba firmada al final: «De tu Valentín».
Esta es la profundización del amor romántico; la segunda razón por la que se asocia a San Valentín con el amor romántico. Su vida y sus palabras son un reflejo de la entrega total de Cristo por su Iglesia.