CIUDAD DE MÉXICO.- La creciente prevalencia del Alzheimer y otras formas de demencia ha alertado a la comunidad médica sobre la necesidad urgente de estrategias preventivas efectivas. Según la Organización Mundial de la Salud, el número de personas afectadas por demencia está en aumento, con más de 55 millones de casos en todo el mundo.
Este número podría triplicarse para 2050, destacando la importancia de abordar la prevención desde diversas etapas de la vida.
Previene el alzheimer en cada etapa de la vida
Para combatir este desafío global, los especialistas subrayan la importancia de intervenciones en el estilo de vida. La doctora Lucía Crivelli, jefa de neuropsicología en Fleni, (Argentina) destaca que los cambios en el estilo de vida pueden ser cruciales para la prevención. "La evidencia sugiere que una combinación de dieta saludable, ejercicio regular, estimulación cognitiva, control de factores de riesgo cardiovascular y una vida social activa puede ralentizar la progresión de la enfermedad y reducir significativamente el riesgo", explica Crivelli.
Infancia: De acuerdo con la doctora María Cecilia Fernández, docente en la Universidad del Hospital Italiano de Buenos Aires, la educación y una dieta equilibrada desde la infancia son fundamentales. "El impacto positivo de una buena educación y una alimentación adecuada desde temprana edad fortalece la reserva cognitiva, proporcionando una protección esencial contra enfermedades cognitivas", afirma Fernández.
Edad Adulta: El último informe de la Comisión Lancet sobre demencia resalta 14 factores de riesgo modificables a lo largo de la vida. Estos factores incluyen desde la educación temprana y la pérdida auditiva en la mediana edad, hasta el aislamiento social y la contaminación del aire en la edad avanzada. La Comisión estima que controlar estos factores podría evitar hasta el 40% de los casos de demencia globalmente.
Edad Media: Entre las recomendaciones más recientes, se identifican la pérdida de visión y el colesterol alto como nuevos factores de riesgo significativos. La doctora Liliana Papalia, especialista en nutrición, subraya la importancia de mantener el colesterol bajo control para prevenir el deterioro cognitivo.
Tercera Edad: El ejercicio físico regular es otro componente crucial. La doctora Crivelli señala que actividades como caminar y nadar no solo benefician la circulación sanguínea, sino que también promueven la neuroplasticidad, crucial para mantener funciones cognitivas saludables. Además, un apoyo social activo puede reducir la soledad y la depresión, factores que aceleran el deterioro cognitivo.
Adoptar una dieta saludable, mantener una vida social activa y controlar factores de riesgo cardiovascular son medidas clave en la prevención del Alzheimer. Implementar estas estrategias desde una edad temprana puede ofrecer una defensa sólida contra el desarrollo de la enfermedad.