Esas casas tradicionales alguna vez fueron comunes, pero muchas de ellas fueron arrasadas durante la guerra civil de 1975-1990 y la posterior construcción de rascacielos.
Ahora el hombre de 42 años está haciendo lo que puede para asegurar que el espíritu de las casas dañadas o destrozadas el 4 de agosto siga vivo.
“Este es mi amor, esto es lo que amo, los adornos de la casa. Mira el balcón, el hierro, sigue como era”, dijo.
Loussian ha pasado años rescatando objetos de casas que fueron demolidas y luego construyó una vivienda, a una hora de Beirut, para acomodar las piezas, en lo que se convirtió en una sala de exposiciones de tesoros del pasado de la ciudad.
Desde la enorme explosión que dejó a 300 mil personas sin hogar, miles de heridos y 178 muertos, Loussian ha estado ofreciendo ayuda y consejos a aquellos cuyas tradicionales casas resultaron dañadas.
“Había pocas casas (protegidas), ahora se han ido. Estábamos orgullosos de nosotros mismos, de haber podido proteger esas casas antes de la explosión. Ahora se han ido, han explotado, es increíble”, dijo Loussian, coleccionista y dueño de una joyería.
Una mezcla de elementos de la época mediterránea, otomana y francesa hizo que las casas tradicionales de la ciudad fueran únicas. Las características incluyen techos de tejas rojas, cielo rasos pintados, columnas de mármol y vitrales.
Él y su esposa Rita esperan eventualmente abrir su casa como museo para mostrar a los demás la belleza de la historia de la ciudad.
“Estoy definitivamente orgullosa de estar viviendo en esta casa, primero porque refleja la verdadera herencia del Líbano, en segundo lugar porque incluye muchas casas de Beirut que se han ido, en tercer lugar ahora es un tributo a las casas que resultaron dañadas”, dijo Rita.
Loussian agregó: “Beirut ha enfrentado guerras, explosiones, asuntos políticos que cambian el rostro de Beirut. Sin embargo, lo más importante es que no olvidemos Beirut, que no se olvide. Amo esta ciudad, me enorgullece, me enorgullece ser libanés, beirutí”.