Cuando aún no había flores en las sendas
Porque las sendas no eran ni las flores estaban
Cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas
Ya éramos tú y yo.
“Poema de amorosa raíz”
Navegando en el mar de los olvidos y recordando las prolongadas reuniones con el Maestro Federico Cantú en su casa de la Ciudad de México , me contaba de sus mejores amigos entre ellos, José Alvarado, Renato Leduc, Inés Amor y Ali Chumacero, este último venía constantemente a la platica. De manera insistente, me comentaba infinidad de anécdotas del poeta y le pidió a su fiel colaborador Ángel Manzano que le trajera el libro “Páramo de sueños” y en voz alta yo leyera el “Poema de amorosa raíz”. Eso bastó para que nuestra amena conversación se prolongara algunas horas más.
Ali Chumacero nació en Acaponeta Nayarit el 9 de Julio de 1918 , fue el tercero de seis hijos del matrimonio formado por Ali Chumacero y Maria Lora de Chumacero. Se casó en julio de 1949 con Lourdes de Chumacero con quien procreó cinco hijos: Luis, Guillermo, Maria, Alfonso y Jorge. Fue un ensayista, crítico, traductor, editor, corrector y poeta. Su obra fue influenciada por el grupo de los Contemporáneos y concretamente por Xavier Villaurrutia, cuyos vocablos aparecen continuamente en su obra: espejo, sombras, noche, sábanas así como la romántica mención del sueño, la soledad, el tiempo y la muerte. Estudio bachillerato en la Universidad de Guadalajara, recibió las enseñanzas del Arq. Agustin Basave, Enrique Díaz de León y Raúl Quintero.
Se trasladó a la Ciudad de México y malvivió en una vecindad de la calle Costa Rica 118 interior 11 , en el Barrio de Tepito, ingresando a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, posteriormente trabajó en el Fondo de Cultura Económica durante 50 años , como corrector de libros de autores famosos como Carlos Fuentes y Juan Rulfo.
Amante del wisky y las mujeres, solo publico tres libros, Páramo de sueños (1944), Imágenes desterradas (1948) y Palabras en reposo (1966) , este último según José Emilio Pacheco es el más cercano a la poesía pura. Vida llena de anécdotas, decía que “solamente los mamones hablan como se escribe y los pendejos escriben como se habla”
Recibió múltiples premios como el Xavier Villaurrutia (1984) la Medalla Belisario Domínguez (1996), el Premio Estatal Amado Nervo (1993), el Premio Internacional Alfonso Reyes, desde 1964 fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua y en 2008 recibió un homenaje en Bellas Artes el celebrar su 90 cumpleaños.
Como a Federico Cantú, el humor lo acompañaría siempre, cuando al final de su vida le amputaron una pierna, lo acompañó el gran escritor Carlos Montemayor, que al entrar al quirófano le dio un beso en la frente , a lo que Ali Chumacero le dijo “pero no nos vamos a casar, verdad?”. O cuando le preguntaban si le gustaban las mujeres a lo que respondía: “hasta vestidas”.
Al cumplirse este 22 de octubre 10 años de su partida, y para que no caiga en el olvido, es oportuno difundir entre los jóvenes, su poesía y su vida y no solamente reconocer su obra sino conocerla y estudiarla, además de difundirla. Quedan para su estudio y repaso, grandes poemas como “A una flor inmersa”, “Elegía del marino” y “Diálogo con un retrato”, un poema conmovedor.