Advierte la ciencia los riesgos de desvelarse

Los científicos de la Universidad de Harvard señalan que los humanos no estamos hechos para estar despiertos después de medianoche

Boston, EU.- Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard sugiere que cuando los humanos están despiertos después de la medianoche, los cambios neurofisiológicos en el cerebro conducen a resultados más negativos.

Al final del día, en mitad de la noche, para muchos el mundo puede parecer un lugar oscuro, donde el flujo de pensamientos parece no acabar y, en casos más extremos, las cosas parecen desmoronarse cuando se pone la cabeza en la almohada.

 No por nada, justo en estos momentos, las emociones negativas tienden a llamar más la atención que las positivas, las ideas peligrosas aumentan su atractivo y las inhibiciones desaparecen: entre otras, a muchas personas se les antoja placeres culpables, como un cigarrillo o una comida rica en carbohidratos. ¿Suena familiar?

LA HIPÓTESIS

En relación con el fenómeno, investigadores de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Pensilvania han publicado una nueva hipótesis, que han denominado "Mente después de la medianoche", la cual sugiere que se producen cambios en el cerebro cuando las personas están despiertas durante la noche biológica circadiana, que es, para la mayoría de las personas, después de la medianoche.

En específico, los científicos aseguran que permanecer despierto hasta altas horas de la noche puede producir cambios neurofisiológicos en el cerebro que alteran la forma en que interactuamos con el mundo, especialmente las acciones relacionadas con el control de los impulsos (incluidas las asociadas a comportamientos adictivos como el abuso de sustancias y el juego), el procesamiento de la recompensa y el procesamiento de la información, todo sin pensar plenamente en las consecuencias, según detalla un comunicado del Hospital General de Massachusetts.

PRIVACIÓN DE SUEÑO Y VIGILIA

Según la investigación, que se detalla en un artículo publicado recientemente en la revista Frontiers in Network Physiology, ya era un hecho conocido que la pérdida de sueño, o la privación de sueño que implica la vigilia nocturna, conducía a una desregulación cognitiva y del comportamiento y del funcionamiento de nuestro cerebro el otro día. Sin embargo, hallazgos recientes revelan que se producen cambios en la cognición y el comportamiento cuando el individuo permanece despierto a medianoche.

En resumen, Klerman asegura que la influencia del ritmo circadiano en las actividades cerebrales cambia a lo largo de 24 horas, lo que afecta a la forma en que procesamos nuestras experiencias y respondemos al mundo exterior.

Desde un punto de vista evolutivo, esto tiene sentido. Los seres humanos son mucho más eficaces para cazar y recolectar a la luz del día, y aunque la noche es ideal para el descanso, los seres humanos corrían antes un mayor riesgo de convertirse en cazados, informa Science Alert.

Básicamente, llegamos a responder de forma más positiva durante el día que por la noche debido a que la influencia circadiana alcanza su punto máximo por la mañana y su punto más bajo por la noche.

Para reforzar su punto de vista, los autores del estudio presentan dos ejemplos. Uno es el de un adicto a la heroína que es mejor para frenar sus ansias durante el día, pero que no puede evitar rendirse a ellas por la noche. El otro es el de un estudiante universitario que sufre de insomnio y que empieza a sentirse solo y desesperado a medida que se prolonga su estado.

Científicos advierten que las mentes humanas no están hechas para permanecer despiertas más allá de la medianoche.

Por ejemplo, la investigación se apoyó en un estudio realizado en 2016 que reveló que el riesgo de suicidio era tres veces mayor entre la medianoche y las 6 de la mañana que en cualquier otro momento del día. Además, otro estudio realizado en 2020 concluyó que la vigilia nocturna es un factor de riesgo de suicidio, "posiblemente por desajuste de los ritmos circadianos".

A pesar de la interesante del nuevo estudio, siguen haciendo falta más pruebas y estudios. Después de todo, es fundamental tener en cuenta que "La mente después de la medianoche" sigue siendo una hipótesis.