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Opinión Columna


Morena vs Morena


Publicación:18-01-2020
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Cuántas aparentemente invencibles instituciones han terminado destruyéndose desde adentro.

 

Efectivamente, la irrupción de Morena en la arena pública, más que un mero cambio de gobierno, constituye un cambio de régimen que gravita en torno a la visión, ilusión y misión de su creador y hoy presidente de la República.


Morena es un fenómeno político que en apenas 4 años y 5 meses de existir conquistó amplia y democráticamente la Presidencia de la República, 12 gubernaturas, mayoría en ambas Cámaras con 259 diputados y 60 senadores, además de 20 congresos locales, lo cual la hace receptor durante 2020 de mil 700 millones de pesos, 30.7% de los 5 mil 220 millones que el INE destina a partidos políticos. Como referencia, el PAN recibirá 950 millones de pesos y el PRI —ver para creer— 896 millones.


La hegemonía legislativa del PRI era de tal magnitud, que en 1963, en tiempos de Adolfo López Mateos, se determinó establecer la figura de diputados de partido, antecedente de los plurinominales, a fin de darle cabida en la Cámara de Diputados a una mayor proporción de miembros de la oposición. Y lo que es la vida, al PRI le crecieron los enanos, más bien, la arrogancia y excesos del tricolor lo fueron disminuyendo, al grado de reducirlo a un tercer sitio en el legislativo, con 47 diputados y 14 senadores y gobernando apenas 11 de las 32 entidades federativas.


El poder desgasta y el abuso del poder arrasa. Tanto el PRI como el PAN, con la presunción de que "ya la hicimos" y de que "llegaron para quedarse", se toparon con el cruel veredicto de las urnas. Morena supo capitalizar la acumulada frustración ciudadana, aseverando ser distintos a los de antes, proponiendo una radical transformación de actitud y de valores. Morena, en la cresta de la notoriedad, es susceptible a incurrir en la soberbia, traicionera consejera dedicada a derribar gigantes. Es vital para la supervivencia y desarrollo de Morena como ente institucional, tomar distancia de AMLO, responsabilizarse de sus propias acciones sin requerir el visto bueno del caudillo.


Morena se fundamenta en la erradicación de la corrupción y de los privilegios a que se han asociado los cargos públicos y la representación política. Sería por demás incongruente que aun frescos los cimientos de Morena, la ambición personal por dirigir los destinos del partido exhiba a los aspirantes lavando trapos sucios fuera de casa. La secretaria general de Morena, con funciones de presidenta, Yeidckol Polevnsky, adjudica a grupos internos el pretender apoderarse del partido con fines particulares —la paja en el ojo ajeno— mencionando a Gabriel García por rasurar el padrón, así como a los tres aspirantes a sucederla: Mario Delgado, Alejandro Rojas y Bertha Luján. Es así como el proceso electoral se ha venido posponiendo desde octubre pasado por carecerse de un padrón confiable. En tanto, Yeidckol prolonga su estancia, posponiendo las elecciones para 2021. Esta semana más de la mitad de los consejos estatales de Morena avalaron la convocatoria para llamar a un Congreso Nacional Extraordinario para el próximo 26 de enero y allí resolver la continuidad de la dirigencia nacional. Obviamente la señora Polevnsky se ha mostrado renuente a dicha celebración. Ya en su oportunidad AMLO había sugerido que la renovación de la dirigencia se llevase a cabo por consulta, propuesta que no prosperó. Igualmente AMLO advirtió que si se echa a perder el partido, no sólo renunciaría, sino que estaría porque se le cambie de nombre, mismo que les dio la oportunidad de realizar la 4T.


Cuántas aparentemente invencibles instituciones han terminado destruyéndose desde adentro.



« Redacción »