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Opinión Columna


¡Feliz año limpio!


Publicación:31-12-2019
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Lo más cuestionable es que ahora se nos diga que el área metropolitana de Monterrey ya no es la más contaminada de México, ni de América Latina.

 

En Nuevo León es un objetivo de orden superior el derecho de todos los habitantes a disfrutar de un medio ambiente sano para su desarrollo y por ello en el Congreso del Estado se admitió a discusión (primera vuelta) la iniciativa de reforma constitucional para crear un organismo autónomo en materia de vigilancia y cuidado a la calidad del aire.

Empero, la poderosa razón para admitir a discusión la iniciativa es que en los gobiernos de Fernando Canales, Natividad González, Rodrigo Medina y el actual, respiramos partículas contaminantes por encima de la norma PM10 durante más de 200 días desde 1999 al 2019; es decir, en los últimos 20 años rebasamos los 100 puntos Imecas (Índice Metropolitano de Calidad del Aire) durante más de 200 de los 365 días de cada año, en perjuicio de la salud de la población nuevoleonesa, principalmente la niñez, las embarazadas, las personas adultas mayores y las personas con discapacidad. Lo grave es que las PM2.5 o partículas contaminantes finas no son medidas o son medidas de manera intermitente por las estaciones del Sistema Estatal de Monitoreo.

Lo más cuestionable es que ahora se nos diga que el área metropolitana de Monterrey ya no es la más contaminada de México, ni de América Latina.

Esperamos que la iniciativa de reforma constitucional suscrita por 35 organizaciones de la sociedad civil provoque la más profusa y plural de las discusiones, para que la vigilancia y el cuidado a la calidad del aire sea a través de un organismo autónomo especializado con personalidad jurídica, con patrimonio propio y con autonomía presupuestal, técnica y de gestión.

Las disposiciones vigentes de nuestras leyes y sus políticas, planes, programas y estrategias de gobierno han resultado insuficientes para lograr la calidad del aire y la prueba más contundente es que durante los últimos 20 años ha fluctuado entre regular y mala y muy mala.

A pesar de que el Gobernador contempla crear un nuevo organismo ambiental que interactúe con los órganos de movilidad y desarrollo urbano para disminuir el impacto de la contaminación, el Congreso tiene la facultad para crear un organismo autónomo que se encargue de velar, vigilar y cuidar la calidad del aire, por ser un objetivo de orden superior y de urgente necesidad debido a las afectaciones que la polución causa a la salud.

No se trata de retar al Gobernador para que recurra a una controversia constitucional, sino para que junto con los gobiernos federal y municipal, con los sectores industrial, empresarial y comercial y, sobre todo, con la participación comprometida de la ciudadanía, trabajemos unidos para darle un giro a nuestra política ambiental y combatamos la contaminación del aire.

Si el combate a la corrupción, a la inseguridad y a la pobreza detonaron acciones organizadas y coordinadas del Gobierno Mexicano, igualmente debemos combatir la contaminación, pues hoy día una parte la combate la Federación, otra el Estado y otra los Municipios. Mientras no exista ese órgano especializado dotado de recursos para combatir la contaminación, en Nuevo León no será posible el derecho a vivir en un medio ambiente sano, ni la aspiración de mejorar la calidad de vida, ni el desarrollo sustentable.

Para crear la Comisión del Aire del Estado no hay que ir tan lejos a conocer experiencias exitosas. Desde el 2013 existe la Comisión Ambiental de la Megalópolis, organismo de coordinación política constituido mediante Convenio de Coordinación entre el Gobierno Federal y los Gobiernos de Ciudad de México, del Estado de México, de Hidalgo, de Morelos, de Puebla y de Tlaxcala, cuyo objeto es planear y ejecutar acciones ambientales en una región que abarca 16 alcaldías y 224 municipios, donde la prioridad es el mejoramiento del aire y prevenir el cambio climático.

Si dicha Comisión se consolidó en pocos años como una plataforma de gobernanza ambiental y de buenas prácticas sustentables urbano-regional, es nuestra convicción pugnar por el derecho humano a respirar aire limpio y que un organismo autónomo sea el responsable de resolver este problema al cien por ciento y de manera integral, con recursos suficientes, con tecnología de avanzada y con un equipo de especialistas capaces e innovadores.

Vamos tarde en el combate a la contaminación del aire, pero superar dicho desafío lo debemos realizar a tiempo, con el fin de alcanzar mayores éxitos personales, bienestar social y oxigeno limpio a partir del 2020.

¡Feliz y Próspero Año Nuevo!



« Redacción »