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Opinión Columna


Acuerdo por una Cultura de Paz


Publicación:03-12-2019
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El gran tema de la paz es asegurar un Estado de derecho sustentado en el imperio de la ley, así como en políticas públicas e instrumentos de prevención

 

En el marco del plan integral Juntos por la Paz, orientado a combatir las adicciones y sentar los fundamentos de una convivencia basada en principios y valores que nos dan perfil como nación, el 25 de noviembre celebramos una importante reunión en la sede de la ANUIES que contó con la participación del doctor Luciano Concheiro Bórquez, subsecretario de Educación Superior y del licenciado Jesús Ramírez Cuevas, Coordinador de Comunicación Social de la presidencia de la República, además de funcionarios de la SEP, rectores, directores y representantes de universidades del país.


Durante el encuentro, la ANUIES propició un acuerdo con las instituciones de educación superior para concertar acciones hacia la sociedad. El propósito es realizar un diagnóstico de las causas que obstruyen la paz pero que, además, identifique las soluciones y los instrumentos para actuar, tanto en lo inmediato como en el mediano y largo plazo.


Algunos problemas que afectan a la paz tienen que ver con las desigualdades del desarrollo, tanto en su distribución demográfica como en la composición de la población. Este es el mayor problema de la nación porque afecta el bienestar general. Necesitamos actuar con sentido de Estado para combatir esas diferencias en que se incuba un profundo malestar social.


El gran tema de la paz es asegurar un Estado de derecho sustentado en el imperio de la ley, así como en políticas públicas e instrumentos de prevención.

Desde las universidades, este enfoque incluye a los jóvenes y su doble papel como sujetos activos de capilaridad social y como participantes en la gestión de identidades comunitarias. Estamos ante un asunto esencialmente educativo, por lo que debemos actuar como un sistema de vasos comunicantes en que intervienen el Estado, la familia como célula primigenia de principios y valores, la escuela como aportación de conocimiento y la sociedad. Para la ANUIES, lo sustantivo de este sistema radica en el fortalecimiento del tejido social, donde debe asentarse la cultura de la paz. Nuestras instituciones de educación superior ofrecen su cooperación y capacidades. Así, en la reunión alcanzamos el acuerdo de establecer medidas que trasciendan hacia la sociedad mediante los siguientes compromisos:


• Realizar investigaciones acerca del estado del país en materia de paz y seguridad.


• Desarrollar proyectos de observación, medición y evaluación de seguridad, justicia, paz, adicciones, medio ambiente, salud y bienestar, así como sistematizar las buenas prácticas que puedan ser replicadas.


• Propiciar espacios de participación ciudadana para orientar políticas públicas a la construcción de paz y seguridad.


• Establecer programas de formación y profesionalización de operadores en administración, procuración e impartición de justicia, e integrar grupos académicos para el desarrollo de propuestas con impacto social.


• Continuar con el desarrollo de protocolos de seguridad, de violencia de género, igualdad e inclusión.


• Promover el conocimiento mediante cátedras, investigaciones, artículos, publicaciones, servicio social, estancias, prácticas profesionales y coordinar la difusión de una cultura de paz.


• Fortalecer a los directivos de las universidades en el desarrollo de una cultura de paz.


• Incorporar los proyectos de esta iniciativa a los Programas Nacionales Estratégicos del Conacyt.


Las universidades son ámbito privilegiado de diálogo y escucha de jóvenes y comunidades. Su contribución activa para conjugar el caudal de los expertos, la investigación y la acción directa de los jóvenes constituye un gran activo que la educación superior aporta a la nación.



« Redacción »
Jaime Valls Esponda

Jaime Valls Esponda


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