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Opinión Columna


La voz de los progresistas


Publicación:21-11-2019
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Entre 1945 y 2019, hubo 163 casos de golpes de Estado, de los cuales 85 tuvieron éxito y provocaron inestabilidad política en la región.

 

Para los latinoamericanos y caribeños, la defensa de la democracia no es un asunto menor. En la región, la consolidación de los regímenes democráticos ha costado la vida de miles de mujeres y hombres, así como muchos años de tensiones por amenazas internas y externas.


En América Latina y el Caribe, los últimos 74 años han sido décadas de creación y defensa de las instituciones democráticas. Entre 1945 y 2019, hubo 163 casos de golpes de Estado, de los cuales 85 tuvieron éxito y provocaron inestabilidad política en la región.


México junto con Belice, Costa Rica, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago son los únicos países donde no hubo golpes de Estado durante este periodo. Dato que nos permite hablar de una fortaleza institucional de la democracia en estas seis naciones.


Ante este panorama, los más de 100 partidos políticos latinoamericanos y caribeños tenemos la obligación de representar y atender las demandas democráticas de los 648 millones de habitantes de la región. Los partidos de izquierda progresista tenemos la tarea de ver por los derechos y el empoderamiento de más de 330 millones de mujeres, y de dar acceso a nuevas oportunidades a los más de 211 millones de jóvenes latinoamericanos.


Como oferta política, tenemos la obligación de seguir una doble directriz. Por un lado, promover la unidad entre la militancia para que los partidos sean generadores de la cohesión social necesaria para una cultura democrática de competencia y no de confrontación. Por el otro lado, promover la competencia justa y legal para que los partidos, abanderados de un proyecto político, trabajen con opositores por el bienestar de nuestros países.


Nos enfrentamos a discursos que polarizan y que generan enfrentamientos entre las sociedades, que se agravan cuando no hay canales institucionales y los gobiernos hacen caso omiso a las demandas civiles. En las últimas semanas, hemos visto cómo los ciudadanos salen a las calles y usan la fuerza para hacerse escuchar.


Los partidos progresistas y socialdemócratas que hoy convivimos en la región tenemos visiones diferentes de la realidad política que enfrentamos, pero debemos atender en principio lo que nos une para crear espacios de diálogo para orientar demandas y recuperar la confianza de la ciudadanía en el juego democrático. Volver al centro del debate público para desarticular los ánimos populistas, golpistas y cualquier otro esfuerzo antidemocrático.


Desde la Conferencia Permanentes de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), el PRI está impulsando el fortalecimiento de las capacidades de los partidos latinoamericanos para que sean ellos quienes den voz y resultados a las demandas ciudadanas. Mediante la cooperación regional, los partidos que integramos la Copppal defendemos la democracia, e impulsamos políticas públicas que atiendan necesidades sociales, lo que es un factor detonante del crecimiento y desarrollo económico en la región.



« Redacción »