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Opinión Columna


Ciudadanía digital


Publicación:04-10-2019
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Nacer en alguna sociedad te hace ciudadano, vivir en una sociedad te hace también ciudadano, vivir en una sociedad digital te hace ciudadano digital. Toda sociedad tiene sus reglas, sus normas y sus principios. El ciudadano debe apegarse a ellas, si no lo hace corre el riesgo de ser relegado de ella, hasta expulsado de la comunidad.


Así reza el asunto medular del libro Manual de Ciudadanía digital, recientemente editado por el Conalep, Nuevo León, con el objetivo de ubicar a los formandos y también a los profesores acerca de la importancia de la vida digital, que cada día impera en todos los puntos del estado, del país y del orbe. Y también de los peligros y riesgos que encierra dicho mundo cibernético.


Algunos estudios acerca de la forma en que el ser humano vive en comunidad, aseguran que el promedio de personas con las que se relaciona de manera eficiente cada ser humano no rebasa las 150. Internet y en especial las redes sociales, han ampliado de manera exponencial ese número.


A nivel educación, las formas de enseñar y de aprender han cambiado con la tecnología digital. Hoy muchas lecciones impartidas y muchas tareas por hacer son auxiliadas con los medios móviles, principalmente el celular, con los que se capta un sin fin de recursos para corresponder con las obligaciones escolares. Pero también son distractores y virtualmente mentiras. Si se encarga una tarea se corre el riesgo de que se copie. Ha sucedido. Los alumnos están expuestos a las ofertas siniestras de los mercaderes de lo ilícito en todas formas.


Una moda, o más que una moda, llevó a cientos de muchachas, jóvenes y adolescentes, a desnudarse frente al celular o la cámara de video. Además de los asuntos morales que eso implica, la gravedad reside en que esas imágenes son recibidas por miles de usuarios cuyas intenciones al respecto son desconocidas. Eso implica nuevos aspectos éticos dentro de las legislaturas existentes. Se ha convertido en un problema nuevo, a grado tal, que esas muchachas han sido degradadas, calificadas con epítetos no gratos, escarnio familiar, burlas y comentarios soeces en el trabajo. Hasta se han formado agrupaciones sociales para la defensa de esas mujeres encabezadas por ellas mismas.


Ese es un problema. Hay otros: robo de identidad, robos de cuentas bancarias, fraudes, trata de blancas, pornografía, ciberbullyng, violación a la privacidad, correos falsos, fake news. Los avances científicos también tienen sus lados flacos. Sólo la atención bienintencionada de todos los actores sociales pueden garantizar un buen uso de esos avances de la ciencia: padres de familia, maestros, alumnos, patrones, trabajadores, etc.


“Internet es una gran herramienta. Ha permitido el trabajo conjunto de comunidades impensables hasta hace poco y al mismo tiempo ello facilita, como sociedad global, avances en el conocimiento cada vez más rápidos y portentosos, pero la Red nos permite también buscar información, diversión y comunicación, tanto que gran parte de nuestro paso por ella se da en las redes sociales. No todo es luz en la Red, hay riesgos y abusos en su uso”, señala en el Manual el profesor Roel Guajardo Cantú, director de la institución editora.
Tiene razón.



« Redacción »