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Opinión Columna


#No+ViolenciaSexual


Publicación:31-08-2019
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Para hacer frente a la violencia sexual infantil es fundamental fomentar una cultura de prevención, buen trato y de información,

 

En México los delitos sexuales continúan en aumento, cada día se cometen 99 y nueve de cada 10 víctimas son mujeres. Son cifras que generan horror, indignación y hartazgo, que fue lo que dio origen a manifestaciones en calles de distintas ciudades del país en demanda de una respuesta contundente y de mecanismos eficientes de prevención y sanción. Es un flagelo que en tres años registró un crecimiento del 56 por ciento, al pasar de 11 mil 894 casos en 2015 a 18 mil 595 denuncias en 2018.


La organización Early Institute dio a conocer en el Senado de la República un estudio en el que se establece que el 60 por ciento de los delitos sexuales son cometidos en el hogar de la víctima y que 4 de cada 10 víctimas son menores de 15 años de edad.


La violencia sexual infantil está frente a nosotros día a día; convivimos con ella sin darnos cuenta o peor aún, negándola. Son historias donde, en su mayoría, el agresor se encuentra próximo a la víctima, en su entorno más cercano, en el círculo familiar, de amigos, de vecinos.


De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, Endireh del Inegi, al menos 4.4 millones de mexicanas de 15 años y más sufrieron abuso sexual durante su infancia, siendo del entorno familiar los principales agresores.


Conforme a la estadística realizada en 2016, los tíos fueron el 20.1 por ciento de los agresores; le siguen los primos, con el 16 por ciento; los hermanos, con 8.5 por ciento; otros familiares, el 6.4 por ciento; padrastro o madrastra, 6.3 por ciento; padres, 5.8 por ciento; abuelo, 3.7 por ciento y madre, el 5 por ciento.


En muchos casos la violación es el preámbulo del feminicidio. Es el caso de una niña de seis años que fue violada y asesinada por un vecino en Cuernavaca, Morelos. "Me reconoció y por eso la maté", fueron las palabras de José Alfredo "N" al ser interrogado sobre el feminicidio cometido el 10 de agosto pasado en la capital morelense. Entró a robar, pero la niña se encontraba sola en el cuarto que habitaba con su abuela, y le dijo "le voy a decir a mi abuelita". El cuerpo de la niña fue encontrado en la vivienda con signos de violación y 25 heridas de arma punzocortante en cuello y brazos. Las lesiones fueron calificadas como "infamantes y denigrantes".


Las cifras son pequeñas frente a la gravedad de las diversas formas de violencia que enfrentan las niñas, niños y adolescentes, las cuales son el resultado de la visión fragmentada que aún se tiene de la infancia y los menores de edad.


Se les sigue viendo como un grupo aislado, inconexo de los problemas estructurales que aquejan al país; como simples receptores de derechos y no como sujetos de derechos.


Otro elemento que abona al crecimiento de esta pandemia es que a un menor de edad le toma en promedio 20 años en poder hablar de la violación que sufrió. En tanto, los códigos penales de México permiten que este delito prescriba a los 5 o 10 años.


La violencia sexual no tiene su origen ni puede explicarse en una sola causa, por lo tanto, no existen soluciones únicas ni enfoque exclusivos para su prevención efectiva.


Cualquier forma de violencia en contra de la infancia debe ser analizado con altura de miras y bajo un enfoque que nos permita tener una visión panorámica del entorno en que se ejercen y garantizan los derechos de las niñas, los niños y adolescentes.


Al igual que los problemas estructurales del país, el tema de la violencia sexual es un fenómeno multifactorial, para el que se requiere perspectivas de estudio transversales que exigen la participación coordinada de todos los involucrados en la prevención, atención y sanción de los delitos sexuales cometidos en contra de niñas, niños y adolescentes. Todos tenemos una corresponsabilidad con el tema desde la efectiva interacción entre lo público y lo privado, hasta la confluencia de las esferas individuales y colectivas.


Para hacer frente a la violencia sexual infantil es fundamental fomentar una cultura de prevención, buen trato y de información, porque un niño, una niña informada, es un niño, una niña protegida.

@Ale_BarralesM



« Redacción »
Alejandra Barrales Magdaleno

Alejandra Barrales Magdaleno


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