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Opinión Columna


Macrisis: el kirchnerismo está de regreso


Publicación:25-08-2019
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La deuda externa se ha duplicado y la inflación—la tercera más elevada del mundo tras la de Venezuela y Zimbabue—alcanzó 54% en los últimos 12 meses.

 

La gente utiliza una nueva palabra—Macrisis—desde el lujoso barrio de Recoleta hasta la ciudad perdida Villa 21-24 en Buenos Aires, e hizo responsable al presidente argentino, Mauricio Macri, por el fracaso económico del país durante las elecciones primarias, que casi destruyeron sus expectativas de seguir en el cargo cuatro años más.


El 11 de agosto, el conservador Macri y su compañero de fórmula Miguel Ángel Pichetto de la coalición Juntos para el Cambio fueron duramente derrotados 47.7%-32.1% por Alberto Fernández y la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner—ahora como candidata a la vicepresidencia—del Frente para Todos en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), consideradas un ensayo para los comicios generales del 27 de octubre.


En vista de su abrumadora victoria, políticos y mercados se alistan para el regreso de Fernández de Kirchner al poder; la pregunta es si la experimentada dirigente peronista será capaz de evitar una gran crisis o si la nación sudamericana se hundirá en un nuevo colapso, similar al sufrido en 2001.


Pese a sus promesas y éxito personal como empresario, Macri fue incapaz de superar los viejos problemas de la economía argentina, todavía dependiente del ciclo de las materias primas. Después de asumir en diciembre de 2015, acusando a la centroizquierdista Fernández de Kirchner de corrupción y de transformar Argentina en la "nueva Venezuela", al menos dos millones de personas han caído bajo el umbral de la pobreza, que ascendió de 29% a 35% de la población total (más de 44 millones).


La deuda externa se ha duplicado y la inflación—la tercera más elevada del mundo tras la de Venezuela y Zimbabue—alcanzó 54% en los últimos 12 meses.


Las tasas de interés a corto plazo se incrementaron de 32% a 75%, mientras que el banco central gastó más de USD$16 mil millones en inútiles intentos para evitar la caída del peso (la moneda argentina terminó la semana pasada 17.5% más débil ante el dólar, aumentando a uno por 55 frente al billete verde).


Bajo estas condiciones en deterioro, incluso los círculos financieros en Nueva York y Londres están sorprendidos por la reacción excesiva del mercado luego de las elecciones.


Por fortuna para Macri, por el momento la oposición es débil y carece de un candidato viable para las elecciones generales del 27 de octubre de 2019
La semana pasada, los cuentahabientes de Argentina retiraron más de USD $700 millones de sus cuentas en dólares, cifra equivalente a 2.3% de los depósitos totales en esa moneda dentro del sistema financiero.


La respuesta de Macri hasta ahora ha sido eliminar el IVA en algunos productos básicos, como pan, azúcar y leche hasta el final de 2019. Hernán Lacunza, quien fungía como ministro de economía en la provincia de Buenos Aires, reemplazó a Nicolás Dujovne como titular de hacienda el fin de semana.


Dujovne, un economista neoliberal y ex conductor de TV obsesionado con reducir el déficit fiscal primario, fue el arquitecto del préstamo por USD $57 mil millones—el mayor rescate en la historia del Fondo Monetario Internacional—que marcó el año pasado el retorno a la etapa de "ajuste estructural" y supervisión del país por el FMI.


El principal objetivo del "paquete de ayuda" era restaurar la confianza de los inversionistas mediante una estricta política fiscal y monetaria. Sin embargo, la tendencia recesiva y el severo impacto de la sequía en la producción agrícola ralentizaron la economía. El fantasma de la moratoria
También la semana pasada, las calificadoras Fitch Ratings y S&P Global degradaron aún más la deuda soberana argentina, despertando el temor a una moratoria.


El costo de asegurar la deuda mediante una Permuta de Incumplimiento Crediticio (CDS) a cinco años se disparó en 319 puntos base.


La CDS es un convenio financiero bajo la que su vendedor compensa al comprador en caso de moratoria.


Con todos los ojos puestos en el riesgo de moratoria, repitiendo la historia de 2001 y 2014, Alberto Fernández dijo a La Nación, socio del Grupo de Diarios América junto a EL UNIVERSAL y otros periódicos regionales, que el rescate del FMI debe revisarse porque Argentina incumple las metas que se acordaron al firmarlo. Subrayó que es "imposible" pagar a tiempo al FMI y que la única solución es reprogramar los plazos.


Ex jefe del Gabinete (2003-2008), Fernández indicó en entrevistas por separado que Buenos Aires ya está de hecho en condiciones de moratoria, como lo señala el valor de los bonos. Llamó a Macri a comportarse "como un presidente y no como un candidato", renegociando los "dañinos" términos de la línea de crédito del FMI.


Fernández advirtió que existe el riesgo de una inflación más alta y armó que como líder, dará énfasis al impulso de las exportaciones con objeto de ganar los dólares que puedan cubrir la deuda, tras agregar que el país necesita mantener la calma social.


De acuerdo con el Movimiento de los Trabajadores Excluídos y la iglesia católica, la única razón por la que Argentina no ha descendido a la turbulencia y los saqueos de supermercados que simbolizaron la crisis hace 20 años se debe a los planes de ayuda del gobierno.


Argentina se recuperó durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y de su esposa Cristina (2007-2015). El ex presidente, quien falleció en 2010, sentó las bases para que la pobreza disminuyera en 71% y la pobreza extrema en 81%, al tiempo que el PIB por persona creció 42%, casi tres veces el promedio de México.


El desarrollo perdió fuerza en los últimos años de la presidencia de Fernández de Kirchner. Alejada de la alianza incondicional con Estados Unidos y promotora con Brasil y Venezuela de los bloques regionales Mercosur y Unasur, Argentina se encontró con una creciente hostilidad de la administración Obama.


El fallo cuestionable y político de un tribunal federal de apelaciones de Estados Unidos en 2012 tomó como rehén a la mayoría de los acreedores de Argentina para el pago forzoso a un grupo de "fondos buitres", que rechazaron sumarse al acuerdo sobre la deuda entablado al comenzar los años 2000.

Washington también bloqueó los créditos del Banco Interamericano de Desarrollo y de otras instituciones.


Asociado durante mucho tiempo con las dictaduras militares y la cruel "guerra sucia" lanzada contra la oposición y la guerrilla izquierdista de los años 70 y 80, no obstante, el desastre económico de Macri y su incapacidad para crear una alianza conservadora viable allanaron el camino para el triunfo del kirchnerismo.


En preparación de las elecciones primarias, Fernández de Kirchner logró el apoyo crucial de su antiguo aliado y jefe de Gabinete, Sergio Massa, un candidato moderado del Frente Renovador que obtuvo el tercer puesto en los comicios presidenciales de 2015 con 21% de los sufragios y que ha asegurado su posición como titular de la próxima Cámara baja del Congreso.


En cuanto a los asuntos exteriores, como en el campo del crecimiento económico, los líderes peronistas se encontrarán con tiempos difíciles ya en el poder.


Alarmado por el posible regreso de la "ola rosa" progresista en América Latina, el gobierno derechista de Jair Bolsonaro en Brasil amenazó a su tercer socio comercial con medidas radicales si Macri es derrotado otra vez en octubre.


Paulo Guedes, influyente ministro de Economía brasileño, declaró que su país "no puede colgarse de la crisis en Argentina. Por supuesto que el Mercosur es un medio para la integración de Brasil al comercio internacional. ¿Pero qué pasará si Kirchner quiere cerrar su economía? Si Cristina llega al poder y cierrala economía, dejaremos el Mercosur".


Por su lado, Bolsonaro ha dicho que una victoria del Frente para Todos puede desencadenar una ola migratoria argentina a Brasil.



« Redacción »
Gabriel Moyssen

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