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Opinión Columna


Escuela de Medicina social


Publicación:20-08-2019
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En Nuevo León la lucha por la salud y la educación han sido parte de las demandas enarboladas por el Frente Popular ‘Tierra y Libertad’

El propósito de Andrés Manuel López Obrador de rescatar el sistema de salud, asegurando este derecho a todas y todos los mexicanos en forma digna será un proceso nada fácil por los años de indiferencia y de corrupción que caracterizaron este servicio fundamental en los últimos sexenios.

En Nuevo León la lucha por la salud y la educación han sido parte de las demandas enarboladas por el Frente Popular ‘Tierra y Libertad’. Ha sido una lucha continua por más de 46 años de incomprensión, de represión y de persecución en la colonia Tierra y Libertad y en las comunidades que menos tienen, donde son muchísimas las situaciones y de toda clase las que se han enfrentado, hasta las más increíbles, pero seguimos en la lucha por esta causa justa como lo es el derecho a la salud y las causas justas tienen que triunfar.

Fue por ello que empezamos con el interés de fomentar la educación y la salud -ejes de la transformación social y derechos inalienables de los seres humanos-, en las comunidades olvidadas por la sociedad y por los gobiernos.

Cuando abrimos la primera Escuela tuvimos como techo el cielo y como piso la tierra, el árbol y el cartón para el pizarrón y niños y niñas sentados en piedras. Hoy hemos concretado un proyecto educativo como parte del círculo virtuoso del desarrollo humano que nos ha permitido transitar de lo más precario e insuficiente a lo más brillante y destacado: los Centros de Desarrollo Infantil del Frente Popular ‘Tierra y Libertad’ (los CENDI), son modelo educativo de referencia mundial con 47 premios a la calidad a nivel internacional, nacional y estatal; la Escuela Preparatoria Técnica ‘Gral. Emiliano Zapata’ (PEZ), con once mil 496 alumnos tiene la matrícula más grande de América Latina y todavía le falta muchísimo apoyo para que sea una Prepa que responda a las necesidades de sus estudiantes; la Universidad Emiliano Zapata (UNEZ) tenemos no más de siete años de impulsarla para que todos los jóvenes que no tengan recursos, ni oportunidades de acceso a la educación superior puedan continuar su formación profesional, siendo un orgullo que cada generación de egresados entren a otro estadio de la sociedad porque tienen ya un título en la mano y algo con que defenderse en la vida.

Todos estos proyectos han sido muy criticados y perseguidos, pero aquí estamos y seguimos en la lucha por los derechos humanos, el desarrollo social y el progreso económico, que la semana pasada concretamos con el primer ‘zapapicazo’ para dar inicio a la obra del edificio de Ciencias de la Salud de la UNEZ, el cual se construirá junto al Hospital Clínica Tierra y Libertad.

Es una emoción muy grande para propios y extraños, para alumnos y maestros, para madres y padres que nuestra comunidad y el Estado crezcan para que el derecho a la salud llegue a más y más familias y pueda ser un derecho que se cumpla y se haga posible en nuestra sociedad nuevoleonesa.

Recuerdo cuando en 1973 desdoblamos la lucha hacia las comunidades rurales, a través de la Unión Ejidal ‘Lázaro Cárdenas’ y de la Unión Ejidal ‘Emiliano Zapata’, nuestros médicos veían el panorama desgarrador y desde entonces dijimos que teníamos que formar personas capacitadas para atender la salud, por lo que siguiendo el modelo de Mao Tse Tung en China formamos los ‘Médicos Descalzos’ que sabían atender los problemas de salud básicos con recetas adecuadas y buenas. Además, sabían distinguir cuando el enfermo debía trasladarse para su atención especializada.

Así, dimos solución a un problema a la altura y nivel de nuestras posibilidades, pero no nos quedamos ahí a pesar de que nos decían que era un ‘sueño guajiro’ que no se iba a lograr. Hace menos de un año echamos andar la carrera de Medicina en la UNEZ gracias al incansable trabajo y mucha sabiduría del Dr. Miguel Ángel Garza Ibarra, pieza fundamental para sentar las bases de lo que será un modelo de Escuela-Hospital. Nunca olvidemos que hay personas que entregan su vida por causas justas y que el doctor Miguel Ángel lo hace porque deveras es muy terco en la lucha por las causas justas.

Emociona que luchadores genuinos y auténticos de nuestra comunidad entreguen más de lo que deben entregar, para que estudiantes y futuros médicos desarrollen la medicina social, que atiendan con arraigado sentido social y calidez humana a quienes más lo necesitan y entiendan que hay otras comunidades en peores condiciones que la nuestra, donde necesitan que esa vocación profesional la entreguen a las causas de la salud.

Agradecemos el apoyo del gobierno federal y estatal porque la ayuda brindada ha sido fundamental para avanzar en la capacidad profesional y en la infraestructura física, con el propósito de formar a los mejores médicos de Nuevo León y de México que queremos que sean.



« Redacción »