La Semana Nacional de la Lactancia Materna se desarrolla del 1 al 7 de agosto con múltiples actividades para que las madres actuales y futuras se informen sobre los beneficios de la leche materna.

 La lactosa es el alimento natural que protege al recién nacido y a la madre de enfermedades infecciosas y crónicas, que propicia una perdurable calidad de vida para ambos a pesar de prácticas inadecuadas de lactancia materna, cuyo costo impacta a las familias y al año representa un gasto que gira entre 11 a 36 mil millones de pesos para el sector salud de nuestro país.

 Lactar es la forma ideal para que el bebé se alimente con los nutrientes que necesita para su crecimiento y desarrollo saludable. No hacerlo aumenta los riesgos de morbilidad y mortalidad tanto en la madre como en el pequeño.

 El gasto más considerable por prácticas inadecuadas de lactancia, según la Secretaría de Salud, es en la compra de fórmulas lácteas, al grado de que la Cofepris retiró más de 5 millones de muestras de fórmula láctea en hospitales públicos del año 2016 al 2018 y prohibió difundir publicidad en la que se diga que las fórmulas infantiles son superiores a la lactancia materna.

 Sin embargo, ese no es el mayor costo, sino el de la salud infantil.

 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia inadecuada es no proporcionar exclusivamente leche materna al bebé hasta los seis meses de edad, seguido de introducción de alimentos y de la continuación de la lactancia hasta los dos años o más si la madre y el hijo o hija así lo deciden o por recomendación de salud especifica en cada país.

 Lo grave de la lactancia inadecuada es que el gasto recae en las familias en situación más vulnerable, ya que en México sólo el 14.4% de las madres alimenta con leche materna a sus bebés, siendo las zonas rurales donde más disminuyó (de 36.9% a 18.5%) la lactancia. Además, los efectos no son únicamente económicos, ya que en América Latina la lactancia materna podría prevenir dos terceras partes de las muertes materno infantiles por diarrea, neumonía o infecciones respiratorias.

 El costo anual de dichas enfermedades va de 1.1 a 3.8 millones de pesos en México, a pesar de las campañas informativas para promover y orientar en centros de trabajo, clínicas y hospitales sobre los beneficios de la leche materna para los lactantes, entre los que destacan:

 - Posee altas concentraciones de lactosa y de galactosa en la lactosa que contribuyen al buen desarrollo cerebral, sensorial y cognitivo.

- Es de fácil digestión, se adapta al aparato digestivo del bebé y evita el riesgo de que presente sobrepeso u obesidad.

- Aporta todos los nutrientes que el infante necesita y lo protege de enfermedades infecciosas y crónicas.

- Reduce la mortalidad del lactante por enfermedades frecuentes y previene el síndrome de muerte súbita infantil.

- Posee una temperatura ideal para el organismo del bebé que contribuye a su salud y bienestar.

 Es importante señalar que las madres que amamantan reducen el riesgo de cáncer de ovario y mama. Asimismo, pierden más rápidamente el peso que obtuvieron a lo largo del embarazo, ya que el bebé consume sus reservas de grasa, siendo lamentable que por falta de apoyo e información solo una de cada diez mujeres mexicanas continúe amamantando a sus pequeños cuando se reincorporan a las actividades laborales.

 En ese sentido, pedimos acatar la Ley Federal del Trabajo (Artículo 170, fracción IV), con la finalidad de que las madres lactantes tengan acceso a salas de lactancia cómodas, higiénicas y seguras para amamantar a su bebé o realizar la extracción, envasado y conservación de su leche en óptimas condiciones y, sobre todo, que se legisle a nivel nacional para promulgar la Ley en la materia, tal y como se hizo en Nuevo León.

 Nos referimos a la Ley para la Protección, Apoyo y Promoción de la Lactancia Materna, que los Centros de Desarrollo Infantil del Frente Popular ‘Tierra y Libertad’ promovimos desde mayo del 2015, logrando que se promulgara el 20 de enero del 2016 y cuyas obligaciones para las instituciones públicas y privadas del sector salud entraron en vigor en enero del 2018.