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Opinión Columna


El fracking benefactor


Publicación:01-08-2019
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Confiemos que la confusión en la vida de los santos y de Donald Trump no sea la causa de ignorar el origen del poder en México

En la entrevista que la Revista Expansión le hizo a Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia afirmó que: “…Donald Trump mostró a México que no se puede depender de un solo país… ante la amenaza de imponer aranceles de 5% a los productos mexicanos, si no se frenaba la migración de Centroamérica a Estados Unidos, el presidente Donald Trump dio una lección a México. Por qué digo San Donald Trump, porque él con el 5% de aranceles nos vino a enseñar lo vulnerable y dependiente que somos de un solo país…Ya nos había puesto las pilas antes porque el plan viene desde antes, pero ahorita : wake up call…Dependemos del gas,…del maíz…en esta misión de ser menos dependientes, la técnica de fracturación para la extracción de recursos no convencionales es una solución de independencia energética…estoy dispuesto a pelear contra los ambientalistas (incluso contra el presidente y la secretaria de energía) para demostrar que el fracking no daña el medio ambiente…no hay problema de contaminación de agua, no hay nada porque todo el mundo lo está adoptando…”


Hay en la actitud de Alfonso Romo, algo del corporativismo fascista tan pernicioso en la vida política de México, y que A. D. Lindsay examina durante la formación del Estado democrático moderno: “Si hemos de obedecer a la ley porque es moralmente buena y no hay acuerdo con respecto a lo que sea moralmente bueno, falta el acuerdo necesario para la existencia de la norma jurídica. Hobbes trata de resolverlo reduciendo la ética y la política a la economía: no son sino arreglos para conseguir eficazmente lo que se necesita…Los puritanos defendieron una solución distinta. (…) El resultado de esto es la concepción, de que lo que corresponde al derecho no es determinar lo justo, sino mantener los derechos. Los derechos son libertades protegidas de la acción contra las interferencias arbitrarias. (…) La norma jurídica no puede prescribir todos los deberes del hombre. Tiene que haber una distinción entre lo jurídicamente obligatorio y lo moralmente obligatorio. Si la finalidad del derecho es salvaguardar la libre elección y esta es real, y tiene una significación moral, se sigue de ello que los derechos legalmente reconocidos son derechos a hacer tanto lo moralmente malo como lo moralmente bueno”.


Parece todo un mundo de confusiones el que domina el esquema mental cuando Alfonso Romo aduce que San Donald Trump es quien nos hizo ver, con el impuesto del cinco por ciento a los productos mexicanos, y a enseñar lo vulnerable y dependiente que somos de un solo país, en particular, porque nadie sabe qué hizo durante la gestión de Carlos Salinas de Gortari cuando concentró ventajosamente en sus manos la propiedad ejidal en Chiapas, al lado de la doctrina cristiana de la perfección que subraya la distinción entre la conducta exigida a los cristianos y la conducta necesaria para el trato social, anegados en una hermandad selecta de hombres llamados a desempeñar deberes especiales y a ajustarse a un patrón de conducta especialmente elevado. Hay que distinguir entre la conducta que corresponde seguir a todo el mundo, y la que se exige de los santos, que según él, únicamente se concibe desde el Consejo para el Fomento de la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, la cual es correcta con la concentración de funciones sin cambiar la ley para ser jefe de Gabinete.


Extraña mezcolanza de quien no vive el momento de la historia palpitante y no sabe que su lugar en el gobierno es concretarse a cumplir con los trámites para la marcha de los negocios de la presidencia de la República, porque en México ya se experimentó con los lamentables resultados de la desaparición del candidato oficial a la presidencia de la República, cuando éste expuso ver un país de contrastes, hasta que el Estado Mayor presidencial advirtió a Salinas, que se retirara a Córdova Montoya de la Oficina de la presidencia -hoy ocupado en los negocios de Banorte que salvó de la ruina a Alfonso Romo, debido al daño patrimonial cometido en agravio de don Roberto Sada, y que luego lo llevaran a presidir en la vía pública las sesiones del Consejo de Administración de corporación Tobacco Brithish-, o las fuerzas armadas se retirarían de atender a la declaración de guerra del movimiento armado en Chiapas.


Es inconcebible que un simple empleado sin la responsabilidad del refrendo que obliga a cualquier secretario de Estado de responder por sus actos negligentes o interesadamente deliberados, se atreva a arrogarse el derecho de que para ser menos dependientes, el fracking es una solución de independencia energética, y que la Administración de Información de Energía de Estados Unidos asegura que las reservas de Exquisto están a flor de tierra, por lo que estaría dispuesto a pelear contra el presidente López Obrador para demostrar a todos que no se haría daño al medio ambiente, ni habría contaminación de aguas: “porque todo el mundo lo está adoptando”. No se nos ha preguntado por el carácter conflictivo de Alfonso Romo, pero la renuncia de Carlos Urzúa a la SHCP tiene visos de que alguien quiere cobrar lo que puso en el juego de los negocios con el gobierno (Cfr. Bloomberg), sin entrar en los detalles de rivalizar ante una promesa de campaña, a fin de que en México sea efectivo el pago de impuestos y que éstos no se condonen.
Aún no se atiende el eventual negocio de determinar los montos de los impuestos evadidos y el pago de sanciones, aunque a la directora del Sistema de Administración Tributaria -motivo de las discrepancias de Carlos Urzúa con Alfonso Romo- se le invitó a colaborar también en la detección y lucha contra el lavado de dinero. Confiemos que la confusión en la vida de los santos y de Donald Trump no sea la causa de ignorar el origen del poder en México y que no sea una fuente inagotable de los conflictos que principiaron en Hacienda, y de que la función inconstitucional encomendada a Romo de dar créditos resulten una fuente del mayor endeudamiento del país, con inestabilidad cambiaria, en perjuicio de la Secretaría de Economía, Pemex, Energía, y hasta los que ven en las drogas un negocio.



« Redacción »
Carlos Ponzio


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