Aun cuando faltan 24 meses con 3 días para las elecciones de gobernador de Nuevo León en 2021, la caballería o, según términos del folklor político, la caballada, se ha soltado, pero no con muy buenas noticias que hablen de un futuro promisorio y con intenciones sanas de corregir tanto desperfecto social que sigue en aumento. Y que pueda en algo reparar el daño que todavía falta que sigan haciendo los actuales hombres del poder.

Los más destacados pensadores políticos, de Levinas a Foucault, de Bobbio a Chomski, señalan la importancia de la democracia como sistema social para compensar los desbalances de una política unilateral y desapegada de la ciudadanía, la cual tiene como consecuencia un grave daño al país o al estado federativo, al no responder a las peticiones de las mayorías.

Y si a eso se agrega la corrupción, la consecución del poder por el poder o para fines aviesos y venales, el imperio de los partidos sobre las iniciativas ciudadanas, la manipulación de las entidades sociales corporativas, el cobijo gubernamental de asociaciones que se ostentan como portavoces ciudadanos, entidades sociales que en realidad son lotes en venta al gobierno, entonces la democracia y la mejora social son quimeras.

Desafortunadamente existe la política de segunda clase: la representada por aquellos que la entienden en los términos descritos en el párrafo anterior, y que son mayoría. Quieren el poder por el poder. Quieren el poder como lucro, como beneficio personal, como el mejor camino para hacerse millonarios en 3 o 6 años. Y ni como idea pasajera buscan la democracia, la mejoría social.

En esta semana asomaron la cabeza quienes no deberían. Se creó un supuesto Frente Amplio Nuevoleonés, impulsado por el diputado federal Santiago González Soto. Y cuando se dio a conocer, quienes participan resultaron ser Pedro Alejo Rodríguez, “Fufito”, el Diputado González y otros. Menuda sorpresa. Qué tiene que hacer una trayectoria destacada como la de Santiago con lo más retrasado y corrupto de la política local como Pedro Alejo y los otros. Estoy totalmente seguro que el “Fufito” no ha leído a Emmanuel Levinas. Entonces no sabe de democracia. Es más: ni siquiera ondea alguna causa social, él quiere ser el Bronco. Ya lo ha demostrado. Santiago González al cruzar se puede manchar las plumas.

Luego otro prototipo de segunda clase, Luis Farías, también quiere ser gobernador. El fundó Cruzada Ciudadana, un partido local, que lo llevó a la regiduría de Monterrey, él era el representante de ese partido ante la CEE, era el dirigente del partido. Y luego desapareció. Y los ciudadanos ni siquiera se acuerdan de eso, no porque no tengan memoria sino porque nunca se recuerda lo que no tiene importancia. Es más: el partido desapareció.

Y también levantando el índice, Patricio Zambrano se sube al ring portando ahora otra máscara. Si una vez habló linduras del Partido del Trabajo, ahora lo denuesta. Es más, dice, me hicieron firmar una chequera y nunca me dieron un cheque. Ni una gorra. Tengo el 20% de preferencia entre los ciudadanos y eso me puede llevar a la gubernatura, varios partidos me han pedido que sea su candidato.

Con más anticipación que nunca, el ambiente político en pos de la gubernatura y todos los puestos de elección popular, se ha calentado. Las cabezas se asoman. Pero son testas sin ideas. Son los depredadores de la política los que quieren participar en política.