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Opinión Columna


Escuela para Padres


Publicación:25-06-2019
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Con la experiencia de 53 años al servicio de la educación, confirmamos que la Escuela para Padres representa un excelente instrumento para fortalecer la crianza

El pasado 15 de mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional a los artículos 3, 31 y 73 en materia educativa, mediante la cual se reafirma la educación como un derecho universal, pero ahora desde la educación inicial hasta la educación superior.

La reforma educativa obliga al gobierno a consolidar la estructura ideológica y los valores fundamentales que deben orientar la educación, pero al mismo tiempo, a incorporar elementos que hagan posible un desarrollo educativo acorde con las necesidades de la Cuarta Transformación de la República que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En tal contexto, el pasado 6 de marzo presentamos iniciativa de reforma a la Constitución Política del Estado en materia de educación inicial, cuyo objeto y fin es contribuir a ejecutar políticas y acciones en favor de la primera infancia, que permita a la niñez ejercer a plenitud el derecho a la educación temprana, como el mecanismo social más poderoso para luchar contra la pobreza, la desigualdad y las brechas del desarrollo social.

Adicionalmente, el pasado 19 de junio presentamos iniciativa para homologar la reforma educativa de la Constitución federal a la Constitución estatal, en la cual además proponemos establecer la Escuela para Padres como una herramienta formativa, que oriente e instruya a madres y padres de familia y a la sociedad en general, para prevenir la violencia social y la desintegración familiar, así como para propiciar un ambiente que permita desarrollar el potencial y el sano crecimiento de las niñas, niños y adolescentes.

Bien señala la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que “participar implica opinar, disentir, proponer y tomar ciertas decisiones sobre los diversos espacios de la institución educativa y sobre los propósitos curriculares que guiarán la enseñanza de sus hijos e hijas, además de aportar ideas sobre los recursos necesarios y acerca de las formas de obtenerlos haciéndose parte de la gestión, así como asistir a reuniones o Escuelas para Padres en las cuales el conocimiento final surge desde aquello que aportan los educadores y también desde el conocimiento cotidiano de las madres y de los padres”.

La centralidad de madres y padres en la formación y educación de sus hijos e hijas en el hogar, requiere de la articulación y complementariedad entre las familias y las instituciones educativas a partir de reconocer que la mamá y papá son los primeros educadores, que la educación temprana de calidad tendrá un impacto positivo en el desarrollo de la niñez y, que la familia es el espacio privilegiado para ampliar la cobertura de la educación inicial.

El espacio de aprendizaje por excelencia es el hogar, el barrio, la comuna, la ciudad. La escuela, con su conocimiento especializado, viene a continuar y a fortalecer lo que la familia ha iniciado y continúa realizando. En la escuela las niñas y los niños están ‘prestados’ para que los docentes preferentemente potencien y enriquezcan lo que ya han aprendido.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), plantea que “las madres y los padres pueden ayudar a sus hijos e hijas a desplegar todo su potencial dedicando tiempo a hablar y a leer. Los profesores, las escuelas y los sistemas educativos deben estudiar cómo pueden ayudar a madres y padres a desempeñar un papel más activo en la educación de sus hijos e hijas, tanto dentro como fuera de la escuela”.

La Ley General de Educación contempla que “En el Sistema Educativo Nacional deberá asegurarse la participación activa de todos los involucrados en el proceso educativo, con sentido de responsabilidad social, privilegiando la participación de los educandos, madres y padres de familia y docentes”.

Para el Partido del Trabajo la familia tiene un gran valor en sí misma y seguirá desempeñando importantes funciones en la vida de las personas, como institución social que es y como primer agente socializador de hijas e hijos.

Para desarrollar sus funciones, tanto madres como padres necesitan información y formación previa para involucrarse en el proceso educativo en estos difíciles tiempos donde las familias enfrentan ausencia de valores que generan desintegración, delincuencia, adicciones, violencia y suicidios a raíz de los problemas sociales y económicos por los que atravesamos.

Con la experiencia de 53 años al servicio de la educación, confirmamos que la Escuela para Padres representa un excelente instrumento para fortalecer la crianza, la formación y la educación desde la temprana edad.



« Redacción »