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Opinión Columna


A limpiar la casa sin bla bla


Publicación:21-06-2019
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Para el actual gobierno es lo mismo. Se terminará el gobierno dentro de dos años y alguien habrá hecho una fortuna inmensa. Y el bla bla bla seguirá.

El bla bla es muy cómodo y gratuito, no compromete, no causa impuestos y según quienes lo usan como método de acceso a quién sabe que múltiples y anómalos intereses, puede ocasionar beneficios específicos aunque a la larga causa malestar generalizado. Es por eso uno de los recursos más frecuentes y solicitados de los políticos. Los aprendices de políticos lo primero que aprenden es a usar el método del bla bla bla bla bla. Y entre más, mejor.


Y eso ha sucedido en las promesas de campañas de casi todos los políticos, indistintamente del signo político en el cual se encuentren estacionados por el momento, que puede cambiar de algún momento a otro porque la ideología y los compromisos con la ciudanía son lo de menos. La política para quienes la entienden como rollo es lo más usado. Pero tiene sus consecuencias: estorba al mejoramiento de la obra social, estanca la obra material, endurece el camino hacia la felicidad que también merecen los ciudadanos sujetos a los intereses de los políticos en turno. En pocas y sencillas palabras: es pura palabrería y nada de hechos. La teoría en ristre y la práctica nula.


Pero parece que eso se está acabando, al menos eso parece con las acciones anticorrupción que ha extendido el presidente Andrés Manuel López Obrador, con la señal de la justicia por delante. El gobierno ha denunciado a través de las instancias correspondientes a Emilio Lozoya, ex director de PEMEX, y otros tantos. E incluso al ex presidente Enrique Peña Nieto, que fue requerido por la justicia en Chihuahua. Mientras él baila como si nada. Pero parece que la cosa sí va en serio. Ya era hora. Es un acto de mínima justicia. Claro que hay más. Las acusaciones pueden sucederse de un momento a otro.


Eso es pasar del bla bla a los hechos. No se trata de denunciar la corrupción sino de enfrentarla, hasta acabar con ella. Y eso lo puede hacer alguien a quien no le puedan pisar la cola. En Nuevo León, una de las principales acciones de campaña en pos de la gubernatura de Jaime Rodríguez Calderón fue precisamente “meter al bote” a los corruptos, es decir al ex gobernador Rodrigo Medina y cómplices, entre a otros a los conspicuos integrantes de la mafia Allende. Pero no sucedió nada. Puros zipizapes, como en el futbol.


He ahí la diferencia entre el bla bla bla y los hechos. La diferencia es la cola que puedan pisar. Ser de los mismos no es igual a ser los mismos. Gobernar no es para enriquecerse a costa del pueblo hambriento. Esa es otra diferencia. Decir que las cosas van a cambiar es muy diferente a que las cosas cambien. En Nuevo león, para desgracia de nosotros, no ha cambiado nada desde el mandato del mencionado Rodrigo Medina, que hoy anda tan orondo y sin despeinarse, como José Natividad González Parás, que no haya qué hacer con la inmensa fortuna que acumuló.


Para el actual gobierno es lo mismo. Se terminará el gobierno dentro de dos años y alguien habrá hecho una fortuna inmensa. Y el bla bla bla seguirá. Por lo tanto se espera que haya acciones de quien no practica el bla bla bla y emprenda acciones concretas en contra de la corrupción en Nuevo León. Y que al menos en eso sea una realidad la cuarta transformación en Nuevo León.



« Redacción »