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Opinión Columna


Por las buenas o por las malas


Publicación:30-05-2019
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Directo y sin rodeos, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón sentenció que el Estado va sobre la estatización del transporte por las buenas o por las malas.
Palabras más, palabras menos, el ejecutivo de Nuevo León de esta manera respaldó las afirmaciones de Manuel González, realizadas un día antes en ese sentido.
Y, que la misma tarde de ayer, los transportistas en voz de su representado, subrayó que desconocían todo presunto acuerdo con el Estado de cederle los trastos.
Por lo que ayer mismo, al gobernador le salió lo Bronco para señalar que no todos los transportistas se oponen en la cooperación de su iniciativa.
Y, que como prueba de ello, tiene de respaldo conversaciones de Whatsapp con transportistas en las que finca sus afirmaciones y en base en lo que hace sus señalamientos.
Por lo que aquellos empresarios del transporte que no estén de acuerdo en ceder sus participaciones al Estado, no les va a preguntar, así de fácil.

 


Por lo que toca al titular de la Agencia Estatal del Transporte Jorge Longoria Treviño, como ya lo habíamos señalado en éste espacio, está más fuerte que un roble en el gabinete estatal.
Y, que tal vez para el desagrado de más de tres que ya quisieran quemarlo en leña verde, Longoria Treviño cuenta con el respaldo del gobernador Jaime Rodríguez Calderón.
Por lo que fácil se puede advertir que a menos que Longoria así lo solicite y el gobernador lo autorice podría aventar la toalla, de otra manera se podría dar por descartado.

 



Mientras que al interior del poder legislativo, Paco Cienfuegos a manera de sugerencia por aquello del respeto a los poderes, demandó meter freno a la pretendida restructura camionera.
Lo anterior a fin de darle paso a la aprobación de la tan cacareada ley de movilidad que ya se cocina al interior del Congreso con mesas de trabajo y que de acuerdo al coordinador priista, servirá de base. Por lo que vale el beneficio de la duda antes de cometer pifias.

 

 

Por cierto ahora que el municipio de Monterrey se ha dado a la tarea de limpiar el primer cuadro de la ciudad, una cosa hay que reconocerle al alcalde, que no le tembló la mano.
Que apoyado en sus principales colaboradores de las distintas secretarías y direcciones, Adrián de la Garza se aventó a lo hondo sin que nadie le chistara al aplicar la barredora.
Lo cual indica que el munícipe antes de emprender acciones planchó muy bien el asunto con las centrales que representan a los vendedores informales, de lo contrario cómo se explica su silencio.
Pues a decir verdad, es fecha que el retiro de puesteros que hasta hace algunos días eran intocables en la toma de banquetas y hasta el cierre de calles y avenidas, no se tiene antecedente reciente.
Sobre todo cuando se habían emprendido acciones por encimita, nada más para taparle el ojo al macho o como diría la raza, nada más para la foto, por lo que la limpia actual, no deja de llamar la atención.
Y, que para el caso de los escépticos, no falta quien diga con cierta duda sobre lo que se hace: A ver hasta cuando les dura el gusto, sobre todo cuando los ‘’damnificados’’ se pueden contar por varios cientos.
Por lo que ya una vez terminados los trabajos, habrá que ver si la autoridad establece en el marco legal, los lineamientos necesarios de la implementación de un blindaje, que evite se tomen las calles y banquetas.
De lo contrario de nada o poco servirá lo que hasta ahora se viene realizando de unos días a la fecha y que como diría la raza, aguantan para la foto en lo que semeja escenarios despejados muy distintos a los vistos antes.

 



Y, ya que andamos por el rumbo del ayuntamiento regio, ayer hasta le pegaron duro a los conocidos carretoneros.
Lo cuál llama la atención si se toma en cuenta que se vive en una de las principales capitales industriales del país.

Y, que a decir de más de dos, hasta en cierta forma había quien ni se daba cuenta de su existencia en la localidad.

Pero que de acuerdo al padrón de las autoridades, forman parte de un número considerable que deben salir de las calles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



« Redacción »