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Opinión Editorial


Día de las Américas


Publicación:22-04-2019
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El anhelo de los gobiernos y pueblos del continente americano es atender su unidad en base a sus intereses comune

El anhelo de los gobiernos y pueblos del continente americano es atender su unidad en base a sus intereses comunes, encauzar su desarrollo económico, político y social, hacia un futuro mejor. Lo anterior es un pensamiento histórico, que encontramos en los insurgentes independentistas mexicanos y sudamericanos, así como en líderes políticos y sociales del siglo XX.

Entre los líderes independentistas del siglo XIX podemos mencionar a José María Morelos y Pavón, Benito Juárez y Simón Bolívar, ya en la época revolucionaria del siglo XX, podemos mencionar al general mexicano Lázaro Cárdenas, al líder político brasileño Francisco Juliao y al comandante cubano Fidel Castro, entre otros.

A finales del siglo XIX, el gobierno de los Estados Unidos de América convocó a una Conferencia Internacional Americana a celebrarse en Washington el 14 de abril de 1890, cuya finalidad principal era impulsar la vida comercial entre los países del continente, al mismo tiempo, determinaron declararlo el Día de las Américas, como una forma de recordar la fecha en que unieron sus voluntades gobiernos y pueblos de 21 naciones de las Américas.

El Día de las Américas, también se le denominó como el Día del Panamericanismo según lo acordado en Panamá en el año de 1826, donde hizo acto de presencia el veterano líder sudamericano Simón Bolívar, donde declaró “La América Unida podrá llamarse reina de las Naciones y madre de las Repúblicas”.

El Panamericanismo se declaró como una doctrina política de unidad continental para lograr la integración económica, social, política y cultural de los países del continente americano. La rectoría de esta institución quedó bajo la dirección política del gobierno de los EUA, dando origen a la Organización de Estados Americanos (OEA), quien se encargaría de conservar la soberanía de los estados miembros e impedir que una “potencia extranjera” agrediera a uno de sus miembros.

 

Para los pueblos de América Latina, la conducción política de la OEA es de acuerdo con los intereses económicos y políticos del gobierno norteamericano y el Panamericanismo representó la toma del control de la Unión Panamericana y en consecuencia de la OEA.

México se incorporó a la Unión Panamericana en el año 1930 bajo la presidencia de Pascual Ortiz Rubio, político e intelectual cardenista que durante su corto período presidencial, no aceptó la rectoría del “Jefe máximo de la Revolución”, general Plutarco Elías Calles. El gobierno mexicano estaba inmerso en el poder de los caudillos de la revolución y sus relaciones con instituciones extranjeras eran difíciles y variadas, así su relación con la Unión Panamericana, y después con la OEA, dependería de su relación con el gobierno de los Estados Unidos de América.

La doctrina del panamericanismo se integra  por acuerdos, convenios y recomendaciones para garantizar la permanencia de  las libertades en las Américas, evitando entre países hermanos ser agredidos por una potencia extranjera. En esta visión de la seguridad continental, ante cualquier intervención de país europeo, asiático o de cualquier continente, la OEA pedirá el apoyo norteamericano para combatir la intervención extranjera sobre un país miembro.

La OEA establece la convivencia universal y el respeto  a la libre determinación de los pueblos, todo lo cual constituye  el medio más eficaz para garantizar la paz. El Panamericanismo es una luz de esa misma convivencia, traducida en libertad, justicia para el pueblo y respeto a la democracia.

La OEA desde su fundación en el año 1948 en Bogotá, Colombia, ha celebrado conferencias en Montevideo en 1933, en Buenos Aires en 1936, en Ciudad de México, donde  las resoluciones se le conocen como “Declaración de México”, en los años 70s se declaran los países miembros en favor de la paz, contra la guerra y por una convivencia interamericana en  términos de armonía internacional.

 

 

 

El Día de las Américas debemos entenderlo como un llamado a la  convivencia internacional, donde la fuerza del entendimiento americano y latinoamericano es en favor de la justicia universal, donde prevalece el pensamiento de Bolívar y de Benito Juárez, para hacer realidad su pensamiento: “entre los ciudadanos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.



« Redacción »
Arturo Delgado Moya

Arturo Delgado Moya


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