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Opinión Editorial


Defender lo indefendible


Publicación:25-03-2019
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“Tengo que hacer conciencia con el usuario, que no sea injusto con el empresario del transporte, que está hoy sufriendo una situación económica fuerte”, declaró hace unos días Jaime Rodríguez Calderón.

 

De verdad, el gobernador no se mide. Desde antes que los empresarios del transporte amenazaran con subir las tarifas de las rutas periféricas, había pasado de bajo perfil y dejó todo en manos de su mano derecha, Manuel González.

 

Pero las presiones no sólo continuaron, sino que los transportistas las aplicaron y a González Flores le quedó grande la encomienda pues ni logró nada y en cambio pidió a los usuarios del transporte que no pagaran las nuevas tarifas, como si realmente fuera la solución.

 

El usuario, o paga, o simplemente no llega a su destino.

 

Se nota que en su vida, Manuel González ha usado algún medio público de transporte.

 

El gobierno del Estado asegura estar en negociaciones para brindar incentivos a los empresarios, ya sea con diesel barato o con intervenir ante Hacienda para renegociar sus deudas.

 

De no creerse que el gobierno del Estado prefiera ayudar a estos malos empresarios que ver por los intereses de toda esa gente que le brindó su confianza.

 

¿Cuándo en todo lo que va de este fatídico sexenio, el Bronco ha hecho alguna favorable declaración o anuncio que beneficie, de verdad, al grueso de la población?

 

Cuando no les cancela la gratuidad dominical del Metro o los apoyos a los estudiantes, les anuncia al ciudadano nuevos impuestos y por regalo de Año nuevo les da la verificación vehicular.

 

Le sigue recetando una inseguridad que no cede y ahora, quiere la comprensión colectiva para que los “bondadosos” empresarios del transporte puedan seguir brindando su servicio, que se sigan beneficiando del público cautivo con 15 o con 20 o con equis cantidad de pesos.

 

De acuerdo con la plataforma “Así vamos, Nuevo León”, poco más del 30 por ciento de los habitantes del estado utilizan algún sistema de transporte público colectivo como el camión, el Metro o microbús y el costo es mayor al de otras ciudades como CDMX, donde el 45 por ciento de la población utiliza este medio de desplazamiento, o Guadalajara, donde el porcentaje llega al 60 por ciento.

 

Hay tantas diferencias entre las tres ciudades y nos queda claro que si en la zona metropolitana de Monterrey no quiere utilizar el transporte público es porque además de caro, brinda un servicio deficiente y es inseguro.

 

También hace unos días el gobernador y todos los representantes de la actividad productiva firmaron un acuerdo por la paz laboral de Nuevo León.

 

Es cierto, hace más de dos décadas no hay huelgas y eso habla de un excelente clima laboral, pero esto se puede caer en cualquier momento si los trabajadores no pueden seguir pagando por altas tarifas e invertir mucho tiempo en sus desplazamientos.

 

Ojalá el gobernador invirtiera el mismo entusiasmo para apoyar a la clase trabajadora y fuera tan comprensivo como le pide al grueso de los usuarios del transporte.

 

Al gobernador, el sexenio se le va de las manos con mucho más pena que gloria. Qué lamentable que deje pasar la gran oportunidad de “jalar, que se ocupa” y se cruce de brazos mientras los empresarios del transporte se despachan con la cuchara grande haciendo lo que les venga en gana con las tarifas y con los usuarios.

 

¿Quién, hoy en día, se atrevería a defender al indefendible Bronco?

 

Comentarios: nelly.cepedagzz@gmail.com



« Redacción »