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Opinión Columna


Guerra contra el plástico


Publicación:26-02-2019
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El ejemplo más contundente de la guerra contra el plástico contaminante es la Unión Europea

El aumento de la conciencia ambiental entre una buena parte de la población mundial, ha permitido que los gobiernos de sus países modifiquen sus leyes para sustituir los productos plásticos derivados del petróleo a cambio del empleo de materiales de naturaleza biodegradable.

Países como Irlanda, Argentina, Australia, Inglaterra, China, España, Estados Unidos, Francia, Alemania y Senegal, entre otros, han desarrollado un nuevo modelo de negocios que asume la responsabilidad ambiental de transitar del plástico hacia materiales biodegradables.

El ejemplo más contundente de la guerra contra el plástico contaminante es la Unión Europea, que a través del Parlamento Europeo prohibió los plásticos de un solo uso a partir del año 2021.

Resulta indispensable en Nuevo León sumarnos al movimiento global ‘libre de plástico’ y también nacional a través de la Nueva Economía de los Plásticos, que el Gobierno Federal puso en marcha desde el 2015, en el marco de la Visión Nacional hacia un Gestión Sustentable: Cero Plásticos.

Debemos tener presente que al cerrarse el mercado del plástico en otros países, los fabricantes verán en el nuestro la oportunidad de compensar sus pérdidas. Por ello, México no debe ser un mercado libre para la venta de productos contaminantes prohibidos en otras latitudes. Es necesario prevenir y proteger con tiempo los ecosistemas bajo nuestra jurisdicción legislativa.

En tal virtud y para dar cumplimiento al derecho-deber constitucional de los habitantes a disfrutar de un medio ambiente sano para su desarrollo, como un objetivo de orden superior en Nuevo León, a través del Grupo Legislativo del Partido del Trabajo presentamos una iniciativa de reforma a la Ley Ambiental del Estado con dos objetivos concretos:

1º. Promover el uso de materiales biológicos o biodegradables.
2º. Sustituir los productos plásticos desechables o de un solo uso, tales como bolsas, popotes, vasos y envases para alimentos.

Lo que buscamos inicialmente es concientizar a la población del impacto ambiental de este tipo de productos plásticos; en segundo término, generar un cambio gradual en la cultura de consumo de la población para sustituir los artículos desechables o de un solo uso por aquéllos de naturaleza biodegradable y, finalmente, darle la oportunidad a la industria de transitar hacia un modelo de negocio menos agresivo con el medio ambiente.

Cabe referir que ya existen materiales biodegradables que sustituyen de manera eficiente al plástico común. Son polímeros de origen natural que se degradan mediante microorganismos, hongos entre otros.

Estados como Baja California Sur, Querétaro y Veracruz ya prohíben el uso de bolsas de plástico y de popotes, pero la mayor amenaza a la salud la representan los microplásticos -generados al degradarse los plásticos-, cuando son ingeridos por animales de consumo humano o, incluso, por la ciudadanía a través del agua potable o de bebidas embotelladas.

La iniciativa de reforma además contempla:

1.- Establecer las bases para la transición de productos plásticos desechables a materiales biodegradable, para la sustitución gradual de polímeros de plástico y derivados, ya que tardan cientos de años en degradarse y sólo una pequeña parte se recicla, recolecta o dispone adecuadamente, pues gran parte se tira ilegalmente en basureros clandestinos a cielo abierto o en áreas naturales como bosques, ríos, playas y océanos.

2.- Disponer la utilización de materiales biodegradables en las oficinas públicas y dependencias del titular de Poder Ejecutivo del Estado.

3.- Promover el uso de los materiales biodegradables mediante campañas de difusión a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable.

4.- Suscribir convenios o acuerdos de coordinación Estado-Federación con la participación de Municipios, para promover materiales biodegradables mediante campañas de erradicación de polímeros de plástico y derivados.

5.- Tipificar como conducta violatoria a la Ley Ambiental, el producir, importar, comercializar o hacer uso de artículos de plástico, polímeros de plástico y los derivados de todos ellos.



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