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Opinión Columna


Rompiendo paradigmas


Publicación:29-12-2018
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Cambiemos paradigmas, pero los derechos no se negocian y menos se recortan.

 

Su sonrisa es tan grande como la fuerza y el entusiasmo que cada día la mueven en silla de ruedas para ayudar a personas que, como ella, viven discriminación y falta de oportunidades, que no quieren ni deben quedarse en su casa sobreviviendo con una pensión, que anhelan vivir ejerciendo sus derechos: ni más, ni menos.


Ella, igual que una militante de Morena, a quien también tengo en alta estima, quiere romper paradigmas y ambas, me consta, tienen la mejor intención. Y, ¿por qué no?, si ya lo dijo Albert Einstein: "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".


La humanidad avanza gracias al cambio de paradigmas, abandonando ideas, tradiciones y herramientas, para dar paso a nuevos. El gobierno no debe ser la excepción: la inequidad, la violencia y las injusticias, nos deben llamar a todos a innovar.


La semana pasada, 154 de 466 diputados, votamos en contra del Presupuesto de Egresos 2019, que aprobó con 312 votos la bancada de Morena. Las razones son muchas, pero en esta ocasión me referiré a la disminución de recursos para educación inclusiva, transporte público accesible y la atención para Personas con Discapacidad (PcD), donde al igual que en otros temas, prevaleció la cerrazón del nuevo gobierno y su bancada, para realizar ajustes.


El presidente de la República quiere cambiar el paradigma y está facultado para ello: la mayoría de la población optó por un cambio y él prometió en campaña apoyar a las PcD que vivieran en pobreza. Lo cumplirá: el presupuesto del próximo año destina 2 mil 550 millones de pesos a la "Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente".


Hasta ahí todo bien, solo que la realidad de los fondos públicos y de quienes viven con una discapacidad, es mucho más compleja y ahí empiezan las contradicciones de un gobierno que, en menos de un mes, ha tenido que pasar de los dichos a los hechos: ¿no que acabando con la corrupción, tendríamos dinero para ser una potencia mundial?; ¿no fueron suficientes los despidos de miles de trabajadores de confianza o el ahorro generado de las liquidaciones que no recibieron?; ¿no bastó con eliminar las pensiones de los ex presidentes?


¿De verdad un país como México donde el transporte público en general es pésimo y donde los derechos son menos accesibles para quienes más lo necesitan, debe ahorrar en la accesibilidad del transporte público para PcD?


¿Fue ignorancia o temeridad, violar, ya no digamos el artículo 1º de la Constitución, sino la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que advierte que "no se podrán realizar reducciones a los programas presupuestarios ni a las inversiones dirigidas a la atención a grupos vulnerables?


¿Alguien puede estar en contra de la nueva pensión a PcD? Yo no. Una pensión es una buena noticia, pero nunca debe ser un pretexto para que el Estado mexicano elimine programas y acciones que garanticen acceso pleno a sus derechos, más aún cuando se trata de recomendaciones específicas emitidas en 2014 por la Organización de Naciones Unidas. O, ¿cómo pretender que una PcD se eduque si no puede transportarse a la escuela?


Además, la medida es excluyente. Según Inegi, existen en México unos 7.1 millones de PcD, de las cuales solo un millón de niñas, niños y jóvenes menores a 29 años, se ubican en municipios con alto índice de pobreza. ¿Qué pasará con el resto?


La hoja de ruta de la responsabilidad gubernamental debe guiarse por la "obligación (constitucional) de "promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Cambiemos paradigmas, pero los derechos no se negocian y menos se recortan.



« Redacción »
Ana Lilia Herrera Anzaldo

Ana Lilia Herrera Anzaldo


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