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Opinión Columna


La hora O regia


Publicación:21-12-2018
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El gran reto, eso sí, es que los ciudadanos salgan a emitir su sufragio en un día tan complicado.

Pues bien, la hora ha llegado. Se ha terminado la breve pero intensa campaña de la segunda vuelta (¿se llamará así?) por la alcaldía de Monterrey con las sorpresas (verdaderamente sorpresivas, diría Cantinflas) de los candidatos: Sandra Pámanes tras 25 años en el PAN sale ahora candidata de Nueva Alianza, partido al que antes combatió por ser brazo armado del PRI, adquiriendo una nueva ideología ya no panista, aunque siga diciendo lo mismo de cuando era panista.


La otra sorpresa (también verdaderamente sorpresiva) en el proceso de campaña fue la declinación de Madero ante el Pato Zambrano sin que hubiera sido pactada de antemano, en un acto perfectamente claro de oportunismo político habida cuenta de que Madero no iba ni siquiera a figurar en el proceso electoral. De hecho en el cierre de campaña de Pato dijo “cuando gobernemos Monterrey…” Y por supuesto, el caso de la señorita Villalpando que renuncia al PRD por sumarse a las filas de Adrián de la Garza, en clara evidencia de la alianza siempre existente entre ambos partidos políticos. De tal manera que lo expresado por la señorita Villalpando en la primera campaña eran mentiras. Mujer mentirosa.


Y por supuesto, la renuncia de Iván Garza, de Movimiento Ciudadano, a favor de Felipe de Jesús del PAN que también había renunciado al PAN. Nomás Pedro Alejo no, pero el Fufito, bueno, chiste tras chiste, dijo que Monterrey es la ciudad más contaminando de América Latina y no es cierto, el Area Metropolitana de Monterrey es la entidad más contaminada de América Latina. Fufito cree que sigue haciendo chistes en el Teatro Blanquita de su fallecido padre Fufurufo. Ja.


Lo cierto es que esas sorpresas dicen dos cosas: una, que lo que han dicho y reiterado en algunas ocasiones los candidatos es falso, echan mentiras, engañan a la gente, porque luego se cambian de cachucha y dicen lo contrario; dos, todo esto le resta credibilidad y sustento al proceso electoral. Como dice Gilberto Miranda, la peor crisis de la democracia es la desconfianza. Y los ciudadanos ya no confían en el presente proceso electoral.


Y más por el comportamiento de los candidatos y porque puede suceder lo mismo que la vez anterior: si el proceso se enturbia se vuelven a poner quejas y denuncias, se vuelve a litigar y se emiten sentencias y resoluciones que pueden ser las mismas: repetir el proceso electoral. Si ya lo hicieron, el PRI y el PAN, lo volverán a hacer. Porque es la única forma en que pueden ganar, no por la voluntad de los ciudadanos. ¿Quién garantiza que ahora sí las cosas van a ser diferentes? Nadie ni nada. Entonces no se guardan grandes esperanzas de que los resultados de la votación sean limpios, claro, los resultados del PRIAN, los que empañaron el anterior proceso electoral.


El gran reto, eso sí, es que los ciudadanos salgan a emitir su sufragio en un día tan complicado. Víctimas del consumismo material, mareados por el alcohol, aturdidos por el ruido de los cohetes, con la premura de la cena navideña y las últimas compras, por la ley seca, es difícil que la gente salga a votar, desafortunadamente. De tal manera que los partidos punteros, PAN y PRI, con su mayoría de voto duro puedan torcer a votación a su favor.


Así que debemos salir a votar.



« Redacción »