El respetable se encuentra sumamente atento ante el inminente inicio de la obra titulada: “Hasta que la logré”, esteralizada por el actual y madu-rón galán de moda, Andrés Manuel “El tres turnos” López Obrador.

Subrayo lo de atento, porque nunca antes México se había inclinado de manera tan abrumadora en la elección de un actor principal con tanta ascendencia socialista, que para muchos raya en el  populismo, para esteralizar la función principal por los siguientes seis años.

Y aunque hace doce años, estuvo a punto de llegar al papel protagonista, un michoacano medio irreverente se lo tumbó a gritos y sombrerazos, situación que le evitó que su investidura, al colocarle la Banda Presidencial, se viera mermado evitando que el ExPresidente Felipe Calderón Hinojosa, pisara siquiera el recinto legislativo de San Lázaro.

Ahora los tiempos cambiaron para el presidente electo, y al tener una cómoda mayoría en el Congreso de la Unión, pareciera que Porfirio Muñoz Ledo, coordinador parlamentario y miembro selecto del Movimiento  de Regeneración Nacional (Morena), ya ha sido visto en los pasillos de los exclusivos almacenes de la Ciudad de México, tomándose medidas del vistoso traje con el que le pondrá la cereza al pastel.

O mejor dicho, colocarle la Banda Presidencial, convirtiendo a López Obrador como el Presidente Constitucional de México por los próximos seis años.

Nadie niega que desde julio en que se convirtió en el triunfador de la elección presidencial, se ha dedicado a realizar anuncios, celebrar giras en todas las entidades, agitar el avispero en temas de seguridad nacional, adelantar nombramientos del próximo Gabinete federal y tumbar acuerdos de obras insignia del actual mandatario, Enrique Peña Nieto; por lo que muchos se preguntan si arrancar sin haber arrancado; ha sido una decisión eficiente para su gobierno.

Gobierno  que ahora sí, iniciará el primero de diciembre próximo.

Con tantos anuncios y sopresas, muchos consideran que el mensaje principal del presidente será una repetición de los mismos temas y acciones realizadas en los pasados cinco meses, no obstante dada la astucia y persistencia mostrada por López Obrador en los últimos 18 años; otros tantos no descartan sopresas, sobre todo en el tema de la seguridad pública y combate a la Impunidad.

Lo anterior, porque  muchos resulta preocupante la poca asertividad y capacidad de decisión mostradas en el gran tema de preocupación mexicana, la severa crisis de inseguridad pública que ha provocado miles y miles de muertes, sin que los responsables hayan sido castigados, vaya ni siquiera estén detenidos.

En el “tira - tira” en entrevista con medios nacionales, el todavía presidente electo se defiende como “gato boca arriba”, negando que haya dicho durante su campaña que “me canso ganso” sino logra que los elementos del Ejército Mexicano regresaran a sus cuarteles, ya que no era lógico “atacar fuego con fuego”, vaya, en su nuevo discurso asegura que no dijo...lo que dijo.

Todo esas acciones quedarán atrás y serán parte de la historia de una la primera transición, que fue totalmente protagonista, misma que funcionó con la misma estridencia de cualquier grupo “telonero”, previó al inicio del concierto principal.

Nadie duda que esta transición fue diferente, como sin duda, que lo será el primer Gobierno de México con tintes y acciones de izquierda.

Pero, la verdad es que ese no es el tema que debe preocuparnos, ya que el objetivo principal sigue siendo elaborar y aplicar estrategias certeras para lograr, de entrada frenar, el índice delictivo que siempre está al alza, peor que la paridad peso-dólar.

Como tampoco debe preocupar a los señores diputados, si el diseño de la Banda Presidencial debe llevar ahora el color verde en la parte superior, en lugar de la roja tradicional, y resulta increíble que se pasen horas y horas discutiendo temas tan triviales, mientras que siguen muriendo miles de inocentes todos los días.

Por lo pronto, todo indica que los mandos del Ejército Mexicano pudieron hacer entrar en razón al presidente electo y aceptaron seguir encabezando la lucha contra los maleantes y grupos criminales, con la única condición de que ahora si, los dejen hacer lo que saben hacer.

Entrar de frente a la pelea, haciendo a un lado intereses políticos, mismos que muchas veces son los primeros en bloquear todo intento para frenar a los delincuentes.

¿Lo mejor?

¡Que el presidente electo les brindó todo el apoyo!