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Opinión Editorial


Don Porfirio


Publicación:12-11-2018
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Ahora sí, don Porfirio, cuénteme su historia…

Con esta frase me dispuse a iniciar la lectura de “Yo, Díaz” de Pedro J. Fernández.

Esta novela de editorial Grijalbo fue regalo de mi hija durante nuestra visita a la reciente Feria Internacional del Libro celebrada en Monterrey.

Había leído de “Yo, Díaz” en la cuenta del autor en Twitter @DonPorfirioDiaz, cuenta a la que fui a dar por mera casualidad y que me ha resultado bastante entretenida, un poco para aprender de la historia de nuestro país y un poco para entretenerme con la sátira de sus contenidos.

Quizá le parezca raro, amable lector, que me refiera a Díaz cuando no es ni su cumpleaños, ni estamos en fiestas patrias.

Hoy conmemoramos el Día del Libro en México, instituido en tan especial fecha por coincidir con el natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz.

Hace un par de días esta casa editorial publicó un reportaje sobre los hábitos de lectura de los mexicanos, del cual se desprende que consumimos un promedio anual de 3.8 libros, muy por debajo de la media latinoamericana que es de 5.4 ejemplares.

El estudio que cita cifras del INEGI arroja que los mexicanos preferimos los libros de autoayuda, seguido de los géneros de ciencia ficción, romance, aventura y terror.

Casi el 60 por ciento de los mexicanos opta por autores extranjeros como  Gabriel García Márquez,  Paulo Coelho Pablo y Pablo Neruda.

Pues el INEGI siempre tiene razón ya que los datos que arroja se basan en estudios serios y con rigor científico, pero el haber ido a la FIL me hace pensar que no todo está perdido ya que había mucha gente de todas las edades “cazando” ofertas editoriales, como yo con la obra de Fernández.

Retomando la obra diré que el libro me ha hecho reflexionar.

Frases como  “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, siguen vigentes.

Díaz perduró en el poder por 35 años, y aunque estuvo casado en dos ocasiones, fue con Doña Carmelita con quien llegó a la presidencia, pero no procreó hijos con ella. Fue Carmelita quien lo refinó en sus modales y su compañera hasta el último respiro.

Parafraseando, “Yo, Díaz” narra la vida de un hombre ordinario con un destino extraordinario. El ex presidente hace un recuento de su paso por la política y de los personajes de la época, desde el exilio.

Reconozco que frases como “Los mexicanos están contentos con comer desordenadamente antojitos, levantarse tarde, ser empleados públicos con padrinos de influencia, asistir a su trabajo sin puntualidad, enfermarse con frecuencia y obtener licencias con goce de sueldo; divertirse sin cesar, casarse muy jóvenes y tener hijos a pasto; gastar más de lo que ganan y endrogarse para hacer fiestas”, me ponen de malas, pero he de reconocer que quizá algún tiempo, la vida fue así.

Aún no concluyo mi lectura pues la empecé hasta semanas después de recibirlo de regalo, pero de que me tiene entretenida, ni duda cabe.

Nada como un libro para despertar o avivar la imaginación, adquirir vocabulario, mejorar la ortografía y lo que es mejor, evita que pasemos momentos incómodos como el ya inolvidable incidente del presidente que se va y que no supo citar con certeza ni un libro, ni un autor ni un contenido.

Feliz Día del Libro.

Comentarios: nelly.cepedagzz@gmail.com

 

 

 



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