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Opinión Columna


Brasil: elección con repercusiones continentales


Publicación:28-10-2018
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Este domingo 28 de octubre los brasileños elegirán al presidente de Brasil, un país grande, poblado, diverso, rico en recursos naturales y biodiversidad

 

Los golpes de Estado en países con sistemas democráticos no requieren ya de armas y militares nacionales aliados (o no) con fuerzas externas, apoyadas por poderes económicos; ahora pueden darse, a través de las urnas, golpes a la democracia, como lo prueba la catástrofe anunciada con la elección de Jair Bolsonaro, diputado durante 28 años, del Partido Social Liberal (PSL). La derrota de Fernando Haddad dejó al Partido de los Trabajadores (PT) al natural. Haddad sustituyó tardíamente a Lula da Silva, quien permanece preso acusado de corrupción; él era el favorito, pero quedó impedido de presentarse a las elecciones por una maniobra política y un juicio en su contra que ha tenido todo, menos pruebas contundentes. A lo cual se le sumó una intensa campaña durante años en su contra.


Difícil entender la catástrofe de la democracia y la política brasileña. Lo primero que salta a la vista es que dos instituciones de la democracia brasileña han sido vulneradas por la corrupción. Así se mostró en el Juicio del Congreso contra Dilma Rousseff, que por un asunto administrativo fue juzgada por corrupción en Lava Jato y destituida como presidenta de Brasil. Fue sustituida por el vicepresidente Michel Temer, presuntamente involucrado en graves casos de corrupción que han permanecido en investigación durante meses y años. Por otro lado, en la acción del Poder Judicial contra Lula se demostró que el Congreso brasileño está infestado por la corrupción.


La prensa amarillista aprovecha la situación para desacreditar a sus opositores. La inseguridad y los crímenes con violencia crecen. El año pasado 170 homicidios diarios asolaron al país. La clase media es la más golpeada, hay miedo e insatisfacción. El clamor en Brasil es: cambio. Jair Bolsonaro, ex militar, ofrece acabar con la inseguridad, al mismo tiempo que respalda a los violadores de derechos humanos. En el terreno de la libertad política ha prometido acabar con el PT, arrasar con la izquierda y sus simpatizantes, poner fin a la pluralidad política de Brasil.


El sistema judicial también sufre los embates de corrupción y lleva adelante juicios cuyos resultados favorecen a los opositores del PT. Atilio Borón, político y sociólogo argentino, advierte que en Brasil se ratifica por enésima ocasión que la derecha no tiene la más mínima lealtad hacia la democracia, como lo demuestra el apoyo de Bolsonaro a la dictadura militar que ensangrentó a Brasil en los 60 y 70. Algunas de sus afirmaciones lo dibujan de cuerpo entero; ha dicho que el error de la Junta Militar fue encarcelar y no asesinar a los opositores. Que si un hijo suyo fuera homosexual lo preferiría muerto.


Bolsonaro se perfila como triunfador de la segunda vuelta. De acuerdo con una de las últimas encuestas va adelante del candidato del PT, Fernando Haddad, por alrededor de 10 puntos. El PT ha perdido apoyo popular porque no ha sabido explicar la crisis de la política brasileña.


Bolsonaro se presenta como el salvador de Brasil, su argumento más reiterado es que el triunfo de Fernando Haddad llevaría a Brasil a una situación similar a la catástrofe económica y social de Venezuela. "El otro candidato sabe con quién se aconseja y en donde, no queremos la vuelta de este tipo de personas para ocupar el Palacio de Planalto", dijo Bolsonaro. Su campaña se hace fundamentalmente a través de redes sociales, también en la prensa que mayoritariamente lo apoya. En las calles no hay anuncios, imágenes, pancartas, parecería que Brasil no está campaña electoral. Hubo una denuncia del diario Folha de S. Paulo que acusó a un grupo de empresarios de financiar una red de envío masivo de noticias falsas para perjudicar la candidatura del Partido de los Trabajadores, está en investigación.


El discurso misógino de Bolsonaro no para. Hay una actividad creciente en que se involucran las mujeres en su contra, entre otras cosas ha dicho que las mujeres deben ganar menos que los hombres. Hay un movimiento de mujeres en su contra que se manifestó con gran fuerza en las calles. Su discurso es también racista contra los negros y sus descendientes.


Habrá que ver qué pasa en las urnas. Este domingo 28 de octubre los brasileños elegirán al presidente de Brasil, un país grande, poblado, diverso, rico en recursos naturales y biodiversidad, con historia y liderazgo en América del Sur. Un país hermano. Esa elección tendrá repercusiones continentales.



« Redacción »