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Opinión Columna


El legado de Manuel Clouthier


Publicación:10-10-2018
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A 39 años de su partida, el mejor homenaje que le podemos hacer a Manuel Clouthier es emular su ejemplo

 

El pasado primero de octubre fui invitado a participar en el homenaje que se le rindió a Manuel de Jesús Clouthier, el gran "Maquío", con motivo del 39 aniversario de su fallecimiento. Un líder como se han visto pocos en México. Tuve la oportunidad de conocerlo, tratarlo, acompañarlo y apoyarlo en su lucha; desde el primer día sentí por él un gran respeto y admiración. Recordar a Manuel Clouthier es recordar toda una época de la lucha por la democracia en México. Es hablar de valentía y perseverancia; de honestidad y liderazgo.


Lo conocí allá por 1986, recién concluida su difícil y muy meritoria campaña en busca de la gubernatura de Sinaloa. Yo ya sabía quién era él. Sabía de su destacada y valiente participación como líder empresarial; de su gallarda defensa en contra de los ataques del gobierno que se tradujeron en invasiones de tierras, auditorías, emplazamientos a huelga y boicots que sufrieron sus empresas y sus bienes en su natal Culiacán. Había seguido con interés, como muchos otros mexicanos, su lucha por la democracia y por la libertad. Aquella campaña por Sinaloa (entonces sí que había elecciones de Estado), en la que se enfrentó a todo el poder del gobierno, que al final del día sería la semilla de la rebelión democrática que vendría en 1988.


Los tiempos de cambio como los que estamos viviendo, representan una muy buena oportunidad para recordar el legado de quienes con su lucha, en condiciones muy adversas, abrieron el camino a la democracia que hoy nos toca transitar. Ahí, en primera línea, estará siempre la figura de Manuel Clouthier por su valentía y entrega generosas.


De él aprendimos que las luchas democráticas exigen tiempo y mucho esfuerzo. Que no hay sustituto para la integridad en la política. Que aunque el adversario sea poderoso, la convicción puede mover montañas. Que ante los embates del autoritarismo, debe siempre usarse la fuerza de la razón y la libertad y, que no hay nada más poderoso que la congruencia. Siempre pude ver en "Maquío" a un líder excepcional, congruente en el pensar, en el decir y en el hacer.


Un hombre que construyó, junto con su extraordinaria esposa, doña Leticia Carrillo, una gran familia, grande en número y grande en corazón, que se convertiría en su bastión personal de fe y fortaleza moral. Familia que, por cierto, sigue en la brega en distintas trincheras, y es fiel reflejo del México plural que hoy nos toca vivir.


A 39 años de su partida, el mejor homenaje que le podemos hacer a Manuel Clouthier es emular su ejemplo, es oponernos al autoritarismo en la política, contra el que luchó durante toda su vida y, ser demócratas, ser congruentes y ser honestos en donde nos toque serlo: en el gobierno, en los partidos, en la política, en la empresa, en la escuela, en el trabajo, etcétera.


Con el paso del tiempo, la figura de Manuel Clouthier, cobra mayor vigencia como uno de los dirigentes más valientes y auténticos que han tenido los organismos empresariales en la historia de nuestro país y, sin temor a exagerar, uno de los dirigentes políticos más valientes y auténticos que ha tenido el PAN y el país. No tengo ninguna duda, el paso de Maquío, dejó una huella difícil de borrar.


Finalizo con las palabras que escribió Enrique Krauze poco tiempo después del fallecimiento de Manuel Clouthier: "En un medio político acostumbrado a la manipulación y a la mentira, Maquío nos dio una lección de sencillez, espontaneidad y hombría. En la futura historia de la democracia mexicana aparecerá sonriendo, echado para adelante y sin rajarse. Así hay que recordarlo".

@jglezmorfin



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