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Entre llanto, dolor y coraje sepultan a la pequeña Jarid


Publicación:12-01-2020
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Los restos de Jarid fueron recibidos por estudiantes que lloraban al paso del cortejo fúnebre.

TAPACHULA, Chis.- En medio del dolor y coraje, familiares, amigos, compañeros de escuela y maestros dieron el último adiós a Jarid, de cinco años, abusada sexualmente y asesinada, presuntamente por un hombre que tras conocerse el hecho fue linchado.
A las 13:00 horas, el cortejo fúnebre, con globos y flores blancas, arribó al templo católico San Caralampio, donde cuatro jóvenes cargaron en su hombro el pequeño ataúd de color blanco para la misa de cuerpo presente.
"Los que participan en la muerte de las demás personas son homicidas, pero Dios los invita a la conversión", dijo el sacerdote en alusión al linchamiento de Alfredo "N", a quien acusaron de matar y violar a la menor reportada como desaparecida la noche del pasado jueves y localizada sin vida la mañana del viernes.
"Privar de la vida a alguna persona, sea como sea es un homicidio, ningún homicida tiene vida eterna; ojalá y Dios nos dé su perdón", insistió el cura.
Luego del acto religioso, los mismos jóvenes cargando el ataúd blanco que llevaba encima el uniforme escolar de la niña y un globo rojo en forma de corazón con la leyenda "Juntos por siempre", se dirigieron a la Escuela Primaria Belisario Domínguez.
Los restos de Jarid fueron recibidos por estudiantes que lloraban al paso del cortejo fúnebre.
En la cancha techada de la escuela, que tiene como escenario el imponente volcán Tacaná, alumnos de primero, Grupo C, hicieron fila frente al féretro de la pequeña que fue su compañera.
La mirada triste y los ojos enrojecidos por el llanto se observaban en los rostros de niños, jóvenes y adultos.
"Estamos viviendo momentos difíciles, fuertes marejadas del índice delictivo; algo ha fallado, los valores se han perdido, tenemos una sociedad degenerada", dijo el director del plantel, Dagoberto Aguilar Maldonado, durante el homenaje a la pequeña.
"La comunidad escolar se encuentra indignada por lo que te hicieron; hoy nos quedan grabados tus gritos, tus sonrisas cuando caminabas por los pasillos de la escuela", dijo el profesor.
Carolina Recinos, maestra de Jarid, realizó el pase de lista con la voz entrecortada, para luego concluir la ceremonia con la inhumación de los restos de la menor.



« El Universal »