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Cultural Literatura


Minerva Margarita Villarreal


Publicación:16-12-2019
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Nos dejó numerosos versos de alta calidad literaria también de sinnúmeros temas

Nacida el 5 de abril de 1957 en Nuevo León, la poeta Minerva Margarita Villarreal abandonó este mundo el pasado 20 de noviembre a los 62 años de edad. Nos dejó numerosos versos de alta calidad literaria también de sinnúmeros temas, desde el misticismo hasta la pasión enardecida, desde el señalamiento de las atrocidades humanas hasta los sentimientos encontrados. Para recordarla de nuevo, esta sección Cultural ha tomado sólo diez poemas de su libro Vike / Un animal dentro de mí (Editorial An Alfa Beta, 2017) de una veintena que publicara desde 1982, a sus 25 años…

  

Beber a oscuras los golpes del silencio

poemas de Minerva Margarita Villarreal

Vike murió hace poco

se dice que estaba enferma y nunca se trató

Le ardían las entrañas

apenas tragaba líquido

Desvariaba confundía a la gente

    Con los ojos vidriosos y espantados se largaba

    a agredir

Fue cuando vinieron a robarla

La golpearon con saña

y las calles de El Vergel se vaciaron

de esos pasos que no conocían el miedo

Su canícula llameaba

Y su sombra

Deja que su sombra se eleve

Deja que fluya en la madrugada

Que al alba anide

¿En qué nube se duerme?

¿Cuándo regresa?

Pásame tu cuchara y tu coca

la campana que sigue soñando

con tu voz

Por el camino de El Mezquital

junto a veredas

que hacen las cabras

vamos hacia un mundo mejor

Si ha llovido aparece

un ciempiés

Limpia se ofrece la tierra:

bichos negros y brillantes

pueblan su cuerpo

Pasea entre sus ramas

pero el vacío no es un engaño del desierto

    ni un hoyo del pensamiento por donde se desliza

    el ansia

con las manos atadas

puesto que pálida vuelves

herida de morir

El vacío está dentro de ti

es el animal que te come desde niña

Pero mira

observa al halcón:

es un centinela del abismo

un rey montado en su trono

en la almena de la torre más alta

El árbol se desdibuja

a medida que nos alejamos rumbo a la sierra

El canto subía de tono

y se repetía

escondido en el breñal

tras la zanja que se abre para cruzar

la platinada alfombra de piedra

de un río

al que dejaron sin agua

Un camino largo y serpenteante

por momentos deja ver el cráneo de la tierra

largo y pedregoso

sube hacia Picachos

y deja ver el cráneo de la tierra

El canto entre las ramas que rozan y entreveran

las espinas de los chamizos

El sol tardío sobre nuestras cabezas

    y su voz más roja que una manzana más intensa

    que tus ojos

arde sobre el cráneo de la tierra

De tarde en tarde

hacen su paseo

y en alguna escala del camino

se detienen a observarnos

Muy quietas salen sus medias lunas de los arbustos

y no temen sus lenguas las espinas de breña

donde pacen

Mejor es no acercarse

ver sus ojos

sus ojos

    los rostros de estas vacas que rumian mientras

    nos observan

e insisten en mirarnos

Asombro de una acción contemplativa

que las lleva a correr

si intentamos tocarlas

Entonces lo acariciaba

Rozaba sus vellos

su pelo

su cuello

Circulaba mis yemas

en sus hombros

la espalda

la espalda

y un soplo de viento

Dormía dando la espalda

y yo lo acariciaba mientras dormía

El monte se oscurece

pero las hojas que bordean el río trazan un camino de plata

Vi que iba mal

porque no podía tenerlo siempre

Su piel dorada

su cabello empezando a clarear

y su frente

su frente por donde pasaban los sueños

    que me compartía

Yo me subía a la pendiente de sus sueños

y desde ahí

tomados de la mano

bajábamos hasta perdernos entre la hierba

pero luego desapareció

y el pensamiento no me deja en paz

anda de aquí para allá

como un ave revolando que no encuentra

        dónde posarse

    como un ave angustiada a la que le destruyeron

      su nido

Perdía el tiempo

yendo y viniendo por la misma vereda

que solíamos recorrer

Salía muy de mañana

y volvía

al pardear

El resto era beber a oscuras

los golpes del silencio

Los golpes de la ausencia

no vienen de la ausencia de golpes:

Te dejaron sin vida:

Lo demás fue escuchar la lluvia

las hojas de los árboles goteando

el agua limpia

Una luz

me despertó de golpe

una luz en medio de la cama

pero nadie me oía

Yo gritaba pero nadie me oía

como si fuera un sueño

entre las fieras

nadie me oía

Me hicieron morder polvo

Me dejaron sangrando

Hecha escombro:

Nada



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