Golondrinas experiencias de niños migrantes

Colima.— Retratar la angustia y el miedo que pueden significar para un niño cruzar las fronteras hacía Estados Unidos es el eje cardinal de Golondrinas, obra escrita por Gabriela Román y presentada por La Butaca Roja Colectivo, con la dirección de José Uriel García Solís.

      Alfonso Quiroz, personaje interpretado por Edgar Ponce, es el encargado de llevar la narración durante toda la obra utilizando saltos temporales que lo colocan en el presente y en el pasado, a diferencia del resto del reparto, quienes son recuerdo a través de sus palabras. 

      Es acompañado por Chavita —“Salvador, para los no amigos”, dice en escena—, un niño que vive todavía su primera infancia, interpretado por Diana Anaid Vásquez. A pesar de desenvolver una actuación forzada, sobre todo en su voz, la actriz logra convencer a más de un asistente que se trata de un actor varón.

      Alrededor de ellos aparecen personajes adyacentes como Lupe —niña migrante que se les une al viaje—; y una serie de encarnaciones interpretadas por Víctor Manuel Robles que, de representar a diferentes entes, rayan en la misma personalidad lumpen, significando los peligros presentes en el recorrido migrante, como la extorsión, las drogas y la trata de personas.

      Con una iluminación parcial, apostando por penumbras y contraluces compensados, la escenografía estuvo compuesta por unas vías de tren verticales las cuales evocaban a La Bestia —tren de carga que cruza por México de sur a norte. La historia fue una consecución de peripecias cíclicas, la cual incluyó, por momentos, coreografías que se acercaban a la comedia, como un encuentro de lucha libre y un viaje psicodélico a través de estopas con tíner.

      Golondrinas representó al estado de Veracruz en la 40 Muestra Nacional de Teatro. Se presentó en el Teatro Hidalgo, con una grata respuesta por parte de los asistentes quienes devolvieron aplausos a los actores al finalizar la proyección.