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Cultural Teatro


“Manglar”, vínculo entre el ser humano y la naturaleza


Publicación:17-11-2019
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"Guarde silencio y observe, critique y destruya. La coreografía se parecerá a usted." Poema dadaísta que inspira Manglar

México.— Manglar, una pieza corporal que expone los tratos que la naturaleza recibe de las manos del ser humano, se presentó esta noche de viernes en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en su única muestra en la Ciudad de México. 

      El escenario se abre, cuatro guerreros caminan lentamente hacía enfrente, confrontan al viento y el espacio con estacas de madera, después; ataque y defensa entre ellos, tres guerreras se unen a la lucha; oscurece. La poca luz no sirve sino para dar paso a la que pareciera una dolorosa representación de la violencia, manipulación y consumo humano hacía la naturaleza: las ramas de madera se parten.

      Los bailarines de la compañía Delfos Danza Contemporánea —dirigida por los bailarines y coreógrafos Claudia Lavista y Victor Manuel Ruiz—, comparten su  expresión dancística acompañada de música de amplio espectro, desde Mozart hasta The Beatles, pasando por sonidos abstractos de distorsión, efectos de agua y lluvia: la evidencia de la naturaleza en lenguaje con la danza. 

      La escenografía, a cargo del diseñador Fernando Feres, con largas cintas de tela blanca —de aproximadamente 10 metros de longitud—, invaden los márgenes del escenario, con movimientos sutiles desde el piso hasta lo más alto, de un extremo al otro, dialogan con los bailarines, la comunicación entre ambos es evidente. 

      El espectáculo integró 19 escenas en las cuales, la danza se acompañó de objetos simbólicos como un árbol de navidad, una muñeca de plástico y diversas fotografías en blanco y negro de un ojo en primer plano —imágenes constantes a lo largo de la obra. Los artistas trasladaban la acción corporal a todo el escenario, llevados a linderos de un extremo al otro, otorgando diversas representaciones en diferentes planos, por momentos, el caos pareciera situarse en escena.

      Finalizado el evento, las luces se apagaron y el público brindó un aplauso de minuto y medio, tiempo en que los intérpretes agradecieron al auditorio; inicialmente todos los bailarines juntos después, los cuatro bailarines; en seguida las tres bailarinas; cada uno de ellos en su forma singular, y para cerrar, nuevamente todos juntos. Se bajó el telón.



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