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Cultural Teatro


Vivir en la independencia


Publicación:27-09-2019
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Ahora en México vive como independiente en el mismo ámbito

El bailarín cubano, luego de vivir en Inglaterra y en Estados Unidos participando en las compañías más prestigiadas de ambos países, ahora en México vive como independiente en el mismo ámbito

México.- José Manuel Carreño, ex primer bailarín del American Ballet Theater, confiesa que, ahora retirado de los escenarios, le quedaron por hacer algunos bailes, si bien tuvo la fortuna, dice, de interpretar la mayoría de las coreografías importantes. Hoy continúa su labor como freelance.

—Una que nunca pude bailar es Onegin y la otra es Spartacus, que por lo general las incorporan las compañías rusas; pero los demás grandes clásicos sí los bailé. De los ballets contemporáneos pude intervenir en piezas de Balanchine, de Jerome Robbins y de otros grandes coreógrafos —expresa orgulloso.

En entrevista con Notimex, José Manuel Carreño (La Habana, 1968) reconoce que, “por fortuna”, nuca tuvo una lastimadura grave que le impidiera bailar, lo cual le alegra porque desde niño siempre fue lo que le gustó hacer; además, proviene de una familia de bailarines. Su hermano Yoel siguió sus pasos.

—A pesar de haber tenido la escuela cubana y la técnica virtuosa que me define —dice—, creo que los críticos siempre me han categorizado como un bailarín clásico o romántico, y eso es un estilo particular o refinado difícil de enseñar. Yo creo que eso me ha ayudado mucho en mi carrera, dones que a veces se tienen y a veces no.

Como ejemplo indica que hay bailarines con muchas condiciones físicas y elasticidad que lo poseen ya de naturaleza, en cambio otros lo deben trabajar:

—La vida del bailarín es corta. Yo me siento afortunado, me siento uno de los bailarines más saludables. Estuve bailando prácticamente hasta los 46 años de edad y eso es bastante difícil: normalmente hay bailarines que a los 30 o 35 años ya se están retirando por una razón u otra.

Empero José Manuel Carreño reconoce que, en general, el retiro de los bailarines es aproximadamente a los 40 años, la cual pese a ser una edad todavía joven para el resto de las profesiones no lo es para el ballet, porque es un arte que demanda mucho físicamente.

De todo para todos

José Manuel Carreño salió de Cuba hace ya varios años por una invitación de trabajo. Había ya obtenido los galardones de la International Ballet Competition en 1987, en Estados Unidos, y de la Competencia Internacional de Jackson, Mississippi, en 1990, por los cuales recibió un contrato en Inglaterra, donde permaneció tres años con el English National Ballet y luego otros dos años más con el The Royal Ballet para finalizar, durante 16 años ahora en Nueva York, con el American Ballet Theater.

—Aparte de estar trabajando por años en esas tres compañías —dice Carreño—, además del Ballet Nacional de Cuba donde empecé, tuve muchas presentaciones como artista invitado en los teatros del Bolshoi y el Kirov, ambos en Rusia, en La Scala en Milán, Italia, en Tokio y en México…

Al respecto, comenta que formó parte del Ballet de Monterrey, capital del estado de Nuevo León, donde lleva viviendo tres años, a partir de 2016, descubriendo, según dice, la semejanza de los públicos mexicano y cubano, los dos “eufóricos”:

—Me siento muy bien en México, me encanta la cultura, la comida. Mi novia actual es mexicana. Hay muchas cosas que me influyen y, aunque salga de México, va a ser difícil que me desconecte del país, el cual tiene de todo para todos.

Ahora de freelance

En cuanto al ballet en México, José Manuel Carreño indica que el nivel se ha ido incrementando, razón por la cual argumenta que tanto la Compañía Nacional de Danza como el Ballet de Monterrey son sus dos “grandes compañías:

—También trabajo en la Escuela Superior de Arte en Monterrey, donde se desarrollan y se producen muchos bailarines…

Por otra parte, José Manuel Carreño afirma que en Nueva York le fue “muy bien”, porque el American Ballet Theater es la compañía que “hizo suya”, ya que es donde más tiempo ha pasado (tres lustros, como ya se apuntó líneas arriba) y en la cual los bailarines, según el cubano, “pueden desarrollarse como artistas por ser una compañía mixta”:

—Con “desarrollarse” me refiero a hacer coreografías desde clásicas y neoclásicas hasta contemporáneas. Sí creo que no hay nada más enriquecedor para nosotros como artistas que poder hacer de todo…

Tras salir del American Ballet dirigió durante tres años el Ballet de San José, en California, y después recibió la invitación de trabajar con el Ballet de Monterrey, en donde trabajó durante dos años y medio:

—Actualmente estoy de freelance, de artista independiente, y estoy de un lado para otro. Es una vida difícil en cuanto a que hay que viajar mucho, pero me gusta enseñar, impartir clases, ser coaching, trabajar en diferentes estilos y ballets, y me encanta trabajar con los niños.

Recientemente estuvo en la capital mexicana trabajando con el Mexico City Ballet en un curso de verano, el cual describe como “maravilloso” porque “estuvieron aproximadamente 90 niños”, quienes observaron cada detalle de sus movimientos:

—Algo satisfactorio como maestro…



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