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Gracias Alexander von Humboldt


Publicación:15-09-2019
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"Si sólo hubiera un lugar en la tierra al que se le pudiera llamar el paraíso, ese debería ser México". ¡Gracias Alexander von Humboldt!

Hoy se conmemoran los 250 años del nacimiento de Alexander von Humboldt, uno de los más grandes científicos del siglo XIX. Coincido con quienes piensan que este humanista cuyos estudios abarcaron la física, la botánica, la astronomía y las ciencias climáticas, es el verdadero descubridor de América. Sus trabajos en América Latina, lo que ahora son Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Cuba y por supuesto México, contribuyeron al conocimiento de nuestra región, sus capacidades y potencialidades, desde el movimiento de la Ilustración.


El barón de Humboldt visitó México entre 1803 y 1804. En los años de las guerras Napoleónicas y mientras José de Iturrigara y fungía como virrey de la Nueva España, el explorador berlinés llegó a Acapulco el 22 de marzo de 1803. Recorrió nuestros volcanes, bosques, cerros, playas y montañas, midió la altura del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl, escaló el Pico de Orizaba y el volcán El Jorullo en Michoacán y visitó algunas de las minas más importantes de la época. Su paso por Taxco, Guanajuato, Xalapa, Perote, Pachuca, Ciudad de México y Veracruz está ampliamente documentado. Muchas de las investigaciones del humanista universal en botánica, geografía, geología y biología mexicanas, siguen siendo base de estudios e investigaciones en múltiples áreas de la ciencia en México y todo el mundo.


En la visión del mundo de Alexander von Humboldt, en su contribución al conocimiento universal, influyó sin duda la riqueza cultural y natural de América Latina. Efectivamente, para Humboldt nuestras sociedades no solo eran parte del cosmos que describió en su obra homónima, sino que lo enriquecían, subrayando lo novedoso de su comprensión sistémica del medio ambiente y la sociedad. Este es, me parece a mí, uno de los mayores legados del barón de Humboldt: la capacidad que se le reconoce ahora de vernos como parte de un todo al que, desde siempre, nuestras sociedades han contribuido con lo mejor de ellas. México, en todas las etapas de su historia, ha tenido un lugar en el mundo independientemente de la escala de este concepto. Alexander von Humboldt nos puso en el mapa del conocimiento y de la historia moderna universal. Si la contribución de Humboldt al conocimiento desde México fue importante, no menos importante fue su aportación a la internacionalización de nuestro país, nuestra sociedad y cultura, en especial en Alemania y Europa.


El barón de Humboldt es la referencia histórica más importante para los vínculos entre México y Alemania y sigue sumando al conjunto de la relación bilateral. Su etapa en México sigue inspirando programas y proyectos entre los dos países en prácticamente todas las áreas del conocimiento. El legado de Humboldt está en lo mucho que han avanzado los vínculos bilaterales en rubros como inversión, comercio y turismo, pero también en humanidades y ciencias sociales, geografía, física, matemáticas, robótica, astrofísica, neurociencias y una gran variedad de ingenierías.


Calles, plazas, instituciones educativas y edificios en todo México llevan el nombre del barón de Humboldt. En nuestro país, distintas ciudades tienen en sus plazas más emblemáticas estatuas con su figura. En la Alameda Central de la Ciudad de México, en el corazón de México, una estatua le rinde homenaje por su contribución al conocimiento de México en el mundo y, diría además, por lo mucho que aportó a la comprensión de nosotros mismos.


A lo largo de este 2019, el trabajo de promoción cultural de la Embajada de México en Alemania está dedicado a este gran científico ilustrado alemán. El Instituto Cultural de México en Berlín ha organizado diversas exposiciones, seminarios y talleres alrededor de un programa denominado "Humboldt en México: 250 años del nacimiento del humanista universal". A la fecha, hemos presentado siete actividades y faltan dos en lo que resta del año. Una de ellas fue visitada precisamente por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.


Una vez escuché decir al exministro de Relaciones Exteriores y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, que México es el país latinoamericano que en Alemania más se conoce y más se quiere. Eso es cierto no solo en Berlín, Jena, Weimar y Dresde, también en Hamburgo, Colonia, Múnich, Frankfurt o Stuttgart se quiere a México y a los mexicanos. Yo lo siento todos los días. En ello tuvo y tiene mucho que ver este amigo de México, quien fuera declarado "Benemérito de la Patria" por el presidente Benito Juárez el 29 de junio de 1859 y quien dijo: "Si sólo hubiera un lugar en la tierra al que se le pudiera llamar el paraíso, ese debería ser México". ¡Gracias Alexander von Humboldt!



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