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Imagen y resistencia zapatista


Publicación:09-08-2019
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Sergio “Checo” Valdez y Francisco de Parres Gómez ponderan el arte desarrollado en torno a ese movimiento de los 90 

México.- El docente y promotor del muralismo comunitario Sergio “Checo” Valdez compartió sus experiencias artísticas, políticas y sociales en la comunidad Taniperla, municipio Ricardo Flores Magón, en Chiapas, donde guió al Grupo de Relevos en la realización del mural Vida y sueños de la Cañada del Río Perla.

Al participar en la mesa de diálogo e intercambio de experiencias Imagen y resistencia Zapatista, donde habló de la iconografía y manifestaciones estéticas de este movimiento, junto a Francisco de Parres, maestro en Antropología Social y comunicólogo, Checo Valdez explicó que el mural mide 2.40 por 10.60 metros.

En técnica de vinil acrílico sobre repello, destacó que el mural fue pintado en la fachada de la Casa Municipal del Municipio Autónomo en Rebeldía (MAR) Ricardo Flores Magón, con base en las ideas y trabajos en relevos de un grupo de 37 participantes de distintas comunidades durante 22 jornadas de tiempo completo y con la puesta en práctica de un método participativo ideado para el caso.

"En 1998 asistí a esa comunidad en calidad de observador de derechos humanos. La encomienda era hacer carteles sobre y para los indígenas del lugar. Ahí, sabiendo ellos que yo pinto, me pidieron crear un mural con motivo del aniversario del municipio, pero pensé que sería mejor ayudarlos a plasmar en esa gran pared sus ideas y pensamientos”, relató.

De pintar él ese mural, seguramente hubiera dejado testimonio pictórico de su propia versión de los hechos, su visión particular del Zapatismo latente en esos días, pero “pensé que el dibujo es una necesidad humana y social. Como individuos, pintamos desde que somos niños, y como sociedad llevamos miles de años dibujando”.

Así, creyó que lo mejor sería asesorar a la comunidad para pintar la obra. La voz de los lugareños señala que “el mural es muy importante para las comunidades zapatistas, porque en los eventos culturales y artísticos los y las jóvenes siempre ven y leen en las paredes pintadas a los sin rostro de hoy y mañana”.

Las pintadas comunitarias son como un arte de hacer política, para nunca olvidar sus historias, para recordar a sus héroes “de ayer y de hoy, para contar nuestros sueños, para que lo sepan las futuras generaciones”.

Para otros indígenas de la zona, el mural es “un modo de hacer y tejer la política para que los que no saben leer ni escribir, pero sí saben sus historias y cuentan, sueñan, piensan, proponen, analizan, discuten y deciden para construir y no destruir”.

De acuerdo con los testimonios levantados por Checo Valdez y dados a conocer la noche del miércoles en el Museo Universitario del Chopo, algunos más dicen que “se debe de profundizar más en los medios de comunicación autónomos zapatistas, para que los pueblos del mundo y la comunidad nacional e internacional sepan que la lucha y la resistencia son incluyentes y participativas”.

El mural participativo es un trabajo colectivo en donde la comunidad dice y el grupo comunitario obedece. No es de un autor, es colectivo. No es para vender ni para hacer negocio, es para saber y dar a saber.

"Los visitantes se llevan esas imágenes, y entonces el mural comunitario llega hasta el horizonte", aseveró el maestro al cerrar su participación en la mesa organizada en el marco de las actividades por el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.



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