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Sabias Que En Escena


Ritual de Año Nuevo Maya sin referentes científicos e históricos


Publicación:02-08-2019
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La publicación de ese grupo responde a las interrogantes que surgieron de usuarios de redes sociales

Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la UNAM señalaron que se carece de evidencia antropológica, científica e histórica del festejo del inicio de un “año nuevo” entre las comunidades mayas prehispánicas. 

Según el Grupo de Divulgación Científica del Centro INAH Yucatán, en su página de facebook Investigación Antropológica en Yucatán, esta ceremonia es de reciente creación y fue inventada por grupos nósticos que han adoptado "lo maya" como una marca comercial y turística que ha resultado muy rentable.

La publicación de ese grupo responde a las interrogantes que surgieron de usuarios de redes sociales, luego de que se dio a conocer que el pasado 25 de julio se celebraría, en el Parque Ecoarqueológico de Xoclán de esta ciudad, la llegada de un “Año Nuevo Maya”.

Según lo expuesto, desde la arqueología, no existe ninguna fuente iconográfica, o relato escrito (epigráfico), códice prehispánico, pintura mural, vasijas o cualquier otra evidencia que narre dicha ceremonia. Por lo que en tiempos prehispánicos no existió como tal.

Desde la historia, sólo existe una ceremonia similar para el Centro de México en el postclásico (a partir del siglo XV), entre los mexicas que se llevaba a cabo cada 52 años, según narra Bernardino de Sahagún pero no se relacionaba con ningún inicio de año, sino con la coincidencia de los calendarios de 365 días y 260 días.

Antes de ese período, tampoco existe registro.

Históricamente en el área maya solo hay una escasa mención que realizó Diego de Landa, sobre lo que él pensó era el inicio de año según el calendario juliano (europeo), que con la corrección al gregoriano, sería un 26 de julio aproximadamente.

“Pero sólo sería eso, porque tampoco existe mención del fraile de ceremonias relacionadas con el fuego. Esa mención escueta la realizó en la región que va de Chablekal a Conkal en Yucatán”, precisa la publicación.

Por su lado, el antropológico y estudioso de los grupos “neomayas”, Enrique Rodríguez Balam, confirmó en entrevista para Notimex que las primeras ceremonias por el “Año Nuevo maya” se documentaron apenas a mediados del año 2008.

“A quienes las promueven se les ha denominado como grupos neomayas, algunos integrados por personas que ni siquiera son mayahablantes y que empezaron a realizar este tipo de ceremonias en los destinos turísticos de Quintana Roo y de ahí se extendió a otros puntos como Yucatán, Guatemala, Honduras y El Salvador”, comentó.

“Esa ceremonia del año nuevo, al igual que los llamados bautizos y bodas mayas son una especie de recreación o reinvención de la antigua cultura maya, se habla de una esencia maya o rescate de las tradiciones, pero la realidad es no tienen ningún sustento histórico, antropológico ni etnográfico”, expuso.

El investigador del Centro Peninsular de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo que ese tipo de ceremonias se han extendido a la par de una creciente demanda de las mismas dentro del sector turístico.

Es similar a los negocios o empresas de ese sector que han agregado el término “maya” como una marca que les permita atraer clientes, y también hay casos de grupos de personas que se hacen llamar mayas, con fines netamente políticos, sostuvo.

Aclaró que vender o promocionar algo como maya no tiene nada de malo, y de hecho ayuda a mantener el interés, las investigaciones y el debate en torno de las culturas de los pueblos originarios.

Tampoco se puede descartar que conforme pasen los años, el ritual del “Año nuevo maya” se popularice en esta y otras partes del país o del mundo, y se vuelva un nuevo referente cultural como sucedió con el caso de los concursos de altares de muertos en la entidad.

“Hacer altares con calaveritas de azúcar y pan de muerto, no tiene nada que ver con la cultura maya, pero actualmente hacer concursos para instalar esos grandes y coloridos altares que tienen su origen en el centro del país, forma parte casi obligada de las actividades del Hanal Pixán (comida de las ánimas) que sí tiene un origen maya”, finalizó.



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