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Opinión Columna


Elección mexiquense: ¿se caerá en sistema?


Publicación:25-05-2017
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En el Edomex está a la vista de todos la masiva operación de los gobiernos federal y local en apoyo al PRI

 

Josefina Vázquez Mota (PAN) pide la presencia de observadores internacionales en los comicios del Estado de México "ante una evidente elección de Estado". Delfina (Morena) lo denuncia reiteradamente. Acusan al titular del Poder Ejecutivo y a su gabinete de "abierta intromisión" en el proceso.


Ni Josefina, ni Delfina mienten. Está a la vista de todos la masiva operación de los gobiernos federal y local en apoyo al PRI. Han sido cínicos y prepotentes. Ante los reclamos respondieron con desdén. Saben que son impunes, no hay autoridad ni juez que se atreva a frenarlos.


El IEEM, para efectos reales, es parte del engranaje sistémico garante de la sucesión monárquica; nada ve, nada oye, para que Alfredo III arrebate la corona y sus joyas.


El INE y el TEPJF no cantan mal la marcha imperial; circulan por los pueblos mexiquenses millones en efectivo para los activistas y la compra de votos.

El intento de asalto a un destartalado local del PRI en Nezahualcóyotl, en donde había cinco millones de pesos, no fue suficiente para que los responsables de asegurar elecciones libres y democráticas encendieran las alarmas; nada observaron que ameritara una investigación para desbaratar el multimillonario tianguis de sufragios en el que se ha convertido la mayor cuenca de votos del país. Desde Monex en 2012 y ahora su nueva versión, la tarjeta rosa, los sumos sacerdotes de la frustrada democracia mexicana voltean para otro lado. Todo se vale y lo permiten.


Esta elección, previa a 2018, merecía un arbitraje decente, con autoridad moral. No lo tuvo. Es ley natural que a falta de un réferi justo domine la fuerza bruta. El próximo 4 de junio los más violentos y corruptos harán de las suyas. Algunas agrupaciones del PRI y de la izquierda con historial agresivo se harán presentes. Con la fuerza policiaca para garantizar comicios pacíficos no se contará, será una corporación protectora del atropello tricolor.


El gobierno federal se olvidó del país. ¡Hay que salvar la guarida atlacomulca! Los tres primeros niveles de la administración operan: Ecatepec se le encomendó a Narro; Chimalhuacán, Los Reyes La Paz, Tlalnepantla y Tultitlán van por cuenta de Miranda, acompañado de su guardia antorchista, beneficiaria de las donaciones de terrenos vecinos al nuevo aeropuerto. Por un cobro adicional —mil 200 millones, entregables durante el sexenio— prometieron "retacar" las urnas. Los resultados de Neza y Texcoco serán obra de Ruiz Esparza; Lerma se le encargó a Pacchiano; de Ixtlahuaca responde Arriola; a Cuautitlán Izcalli lo cuida Nuño y como hada madrina general Rosario Robles.


Contra este inmoral y abusivo despliegue de poder nos alzaremos los ciudadanos libres del Estado de México. La mayoría queremos que el PRI se vaya. El 80 por ciento no vamos a votar por ellos. En las casillas la tensión estará al rojo vivo. El tiranosaurio rex, herido de muerte, rugirá como nunca, soltará zarpazos y dentelladas. No es impensable que se atrevan a fraguar un fraude de la vieja escuela y reediten una "caída del sistema", como ocurrió en 1988.


Esa será la hora de la grandeza de los líderes de la oposición, como lo fue para Clouthier, Cárdenas y Rosario Ibarra, cuando dejaron atrás sus diferencias y salieron juntos en la defensa del voto popular. Son un referente para Josefina, Delfina y Zepeda para quebrarle la espina dorsal al sistema autoritario sobreviviente en el Estado de México. Si la oposición no reacciona, con valentía y unidad contra el gigantesco desmán priísta mexiquense, ¡que se olvide del 2018!



« Redacción »
Luis Felipe Bravo Mena


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